domingo, 29 de junio de 2014

EL BURRO Y LA FLAUTA

Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un día un Burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ella haciéndola producir el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta.
Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro habían hecho durante su triste existencia.
FIN
                         Augusto Monterroso

viernes, 27 de junio de 2014

TODA ESFERA ES UN CUBO

Desde luego el primer problema es como siempre mi tía. Decirle que toda esfera es un cubo y verla competir cutáneamente con una espinaca es todo uno. Se queda parada en la puerta, apoyada en la escoba, y me mira con ojos en los que adivino las ganas que tiene de escupirme. Después se va y barre el patio pero sin cantar los boleros que son la alegría de nuestra casa por la mañana.
La segunda dificultad está en la esfera misma. Apenas la coloco rotundamente sobre un plano inclinado, donde cualquier cubo se quedaría impertérrito, esta desgraciada saca todas las patitas y se tira al suelo como un relámpago, sin contar que además sigue viaje hasta abajo del ropero donde las pelusas, por rara coincidencia, están siempre reunidas en apretado número. Sacarla de ahí es una perfecta porquería, tengo que arremangarme y además soy alérgico a las pelusas y me pongo a estornudar de tal manera que grandes torbellinos de pelusas salen junto con el cubo y me llevan directamente a la crisis asmática, tengo que faltar a la oficina, el señor Rosenthal amenaza con descontarme un día de sueldo, mi padre saca a relucir las noches que pasaba a la intemperie cuando la expedición al desierto, y mi tía acaba siempre por llevarse la esfera y ponerla donde la familia opina que debe estar, es decir en el estante del living entre las obras del doctor Cronin y el pajarito embalsamado que fue de mi hermanito el que cerró los ojos en la primera infancia.
Mi padre me ha preguntado ya dos veces por qué me obstino en estas tonterías, y no me he dignado contestarle porque tanta pasividad me descorazona. ¿Será posible que todo el mundo acepte que esa bola maldita se dé el gusto de imponer su voluntad? Una vez más lucharé contra la esfera que es, lo sé, un cubo; la pondré en un plano inclinado, mi tía pasará a la espinaca, el ciclo de siempre, las pelusas. Entonces yo esperaré a curarme de la crisis asmática y después pondré el cubo en un plano inclinado, porque es ahí donde tiene que quedarse y no en el estante del living al lado del pajarito.
                                                                         Julio Cortázar   Último round

miércoles, 25 de junio de 2014

EL AMOR

     En la selva amazónica, la primera mujer y el primer hombre se miraron con curiosidad. Era raro lo que tenían entre las piernas.
     -¿Te han cortado? -preguntó el hombre.
     -No -dijo ella-, siempre he sido así.
     Él la examinó de cerca. Se rascó la cabeza. Allí había una llaga abierta. Dijo:
     -No comas yuca, ni plátanos, ni ninguna fruta que se raje al madurar. Yo te curaré. Échate en la hamaca y descansa.
      Ella obedeció al sábelotodo. Con paciencia tragó los mejunjes de hierbas y se dejó aplicar las pomadas y los ungúentos. Tenía que apretar los dientes para no reírse, cuando él le decía:
     -No te preocupes.
     El juego le gustaba, aunque ya empezaba a cansarse de vivir en ayunas y tendida en una hamaca. La memoria de las frutas le hacía agua la boca.
     Una tarde, el hombre llegó corriendo a través de la floresta. Daba saltos de euforia y gritaba:
     ¡Lo encontré! ¡lo encontré!
     ¿Qué encontraste?
     ¡El remedio!
     Acababa de ver al mono curando a la mona en la copa de un árbol.
     -Es así -dijo el hombre, aproximándose a la mujer.
     Cuando acabó el largo abrazo, un aroma espeso, de flores y frutas, invadió el aire. De los cuerpos, que yacían juntos, se desprendían vapores y fulgores jamás vistos, y era tanta su hermosura que se morían de vergúenza los soles y los dioses.
                                                                                                                   Eduardo Galeano
     

lunes, 23 de junio de 2014

FRAGMENTOS.....

   Llegó la primavera; por los barrotes de la torre treparon perfumadas glicinas.
   -Un día nos iremos, dijo el águila.
   -¿De verdad? Exclamó Prometeo.
   -Me he fortalecido; y tú has adelgazado; ya puedo llevarte.
   -Aguila, águila mía..... Llévame.
   Y el águila se llevó a Prometeo.
                 André Gide   Prometeo mal encadenado

domingo, 22 de junio de 2014

LA SOMBRA DE LAS JUGADAS

     En uno de los cuentos que integran la serie de los Mabinogion, dos reyes enemigos juegan al ajedrez, mientras en un valle cercano sus ejércitos luchan y se destrozan. Llegan mensajeros con noticias de la batalla; los reyes no parecen oírlos e, inclinados sobre el tablero de plata, mueven las piezas de oro. Gradualmente se aclara que las vicisitudes del combate siguen las vicisitudes del juego. Hacia el atardecer, uno de los reyes derriba el tablero, porque le han dado jaque mate y poco después un guerrero ensangrentado le anuncia: tu ejército huye, has perdido el reino.
                                                                         Edwin Morgan

FRAGMENTOS.....

DON JUAN.- ¿Conque por mí doblan?
ESTATUA.- Sí.
DON JUAN.-¿Y esos cantos funerales?
ESTATUA.- Los salmos penitenciales
                     que están cantando por ti. 
DON JUAN.- ¿Y aquél entierro que pasa?
ESTATUA.- Es el tuyo.
DON JUAN.- ¡Muerto yo!
ESTATUA.- El capitán te mató
                     a la puerta de tu casa.
                                            José Zorrilla
                       Don Juan Tenorio, acto III (1884)

jueves, 19 de junio de 2014

JUSTO ALEJO (1935-1979)


¿ Quién es Justo Alejo ?
No fue el típico suicida avinagrado, sino un poeta, un gran lector y editor y hombre de sonrisa perpetua. Es un poeta de todos y de nadie, es un poeta de su tierra sayaguesa y es de la humanidad entera. Escribía poemas de forma convulsiva, sin pompas ni aspavientos, publicándolos en libros anónimos o firmados con seudónimos que deformaban su verdadero nombre.
Escribió quince libros de poesía, colaboró regularmente en la prensa, escribió varios guiones cinematográficos y tradujo poemas de Nazim Hikmet y de Mario de Sá-Carneiro.
Un mediodía de 1979, se vistió de gala (era militar) y se tiró desde la cuarta planta del Ministerio del Aire, donde era suboficial del departamento de psicología.

 ALACIAR

Algunas veces he sentido el deseo de publicar en blanco (¿hermosos?) libros de versos ... en blanco ... Páginas abiertas de espléndida nitidez. Silenciosas al tacto, sonoras al oído ... El viento las conmueve y suenan ... suenan ... clamorosamente ...
... era una tarde ...
era un mañana
abiertas
era, era ...
«Porque escribir es viento fugitivo.»
O bien
            como el amigo cuenta
hacer ahora una señal pequeña,
abrir un fósforo
y dar antes de abrirlas
                    al fuego
estas hojas escasas.
Una luz diminuta,
unas cenizas,
un gran descanso a todos
y
una obra.
Sobre la página en sombra de la NOCHE
una LUZ
            gota escasa
                        HOY
                              ciego
                              hablo

HOMO.....

     El ser humano debería dejar de ser -o de intentar serlo- un animal racional. Más le valdría transformarse en un ser insensato que lo arriesga todo en cada instante, un ser capaz de exaltaciones y de fantasías peligrosas, que podría morir tanto a causa de todo lo que ofrece la vida como de todo lo que no ofrece. El ideal de cada hombre debería ser dejar de ser hombre. Y eso sólo puede lograrse mediante el triunfo de la arbitrariedad absoluta.
                             E.M. Cioran

PÁJARO LOCO, ESCÁNDALO

     Vino el escándalo. Pintó de rojo todas las paredes. Saltó de rama en rama, de solapa en solapa, igual que un pájaro.
Pájaro loco, escándalo. Picoteaste granos en mi palma. Te abrí mi puerta. Vuela ahora. Haz estallar el tímpano del necio. No dejes al honrado, persíguele debajo de su cama sombría. Incendia las esquinas. Pon tu súbita antorcha en los ojos extintos del menguado. Haz caer al incólume. Despierta al sordo. Y vuela. Vuela y vuelve. Vuelve, pájaro loco, a posarte en mi mano.
                                                                  José Angel Valente


miércoles, 18 de junio de 2014

JACQUES RIGAUT (1899-1929)

Destacado poeta dadaísta francés nacido en París en 1899. 
Los mayores logros de Rigaut fueron los siguientes:
* Fundar la Agencia General del Suicidio en Montparnasse, para convencer de que acabaran con su vida a los indecisos y ofrecer suicidios "a la carta".
* Conseguir la inmortalidad literaria inspirando al personaje protagonista de "El fuego fatuo", la obra maestra de su amigo Pierre Drieu LaRochelle (ver entrada en blog).
* Pegarse un tiro a los 30 años, tras una vida llena de problemas tóxicos y un extraño matrimonio con una millonaria.
                                                                                                                                                                            El suicidio en el ojal
                   
Sólo me siento vivir a partir del instante en que contemplo mi inexistencia: necesito creer en mi inexistencia para seguir viviendo"
Todos los espejos llevan mi nombre
Respondo de mis 24 horas, de mis 70 arrugas, de mis 30 años, de mis presagios, de mis amores, de mis deudas, de mis soledades. No hay más solución que plantear el problema y detenerse. Quien responde: No hay respuestas, se condena. Los que no respondan, abandonarán el juego; la partida ha de continuar con los que sigan buscando
Olvidaba para beber
Cuando hacía el amor, gritaba su propio nombre como para golpear al adversario, como una segunda manera de correrse.
Motivos para vivir, no hay, pero tampoco para morir. El único modo de demostrar nuestra indiferencia por la vida es aceptarla. La vida no se merece el trabajo de que la abandonemos.






















FILOSOFÍA DE BOLSILLO

Por la misma vereda desierta por donde yo camino, un hombre viene hacia mí, a unos cien metros de distancia. La vereda es ancha, de modo que hay sitio de más para que pasemos sin tocarnos. Pero a medida que el hombre se acerca, el especie de radar que todos llevamos dentro se descompone, tanto el hombre como yo vacilamos, zigzagueamos, tratamos de evitarnos, pero con tanta torpeza que no hacemos sino precipitarnos hacia una inminente colisión. Ésta finalmente no se produce, pues faltando unos centímetros logramos frenar, cara contra cara. Y durante una fracción de segundo, antes de proseguir nuestra marcha, cruzamos una fulminante mirada de odio.
                                                                 Julio Ramón Ribeyro

lunes, 16 de junio de 2014

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA (1865-1896)

Poeta colombiano sin pretensiones, precursor del modernismo, amigo de Wilde y Mallarmé, Silva fue un gentleman obsesionado por el lujo: amaba las joyas, los buenos trajes, el arte, el té chino, los libros caros y los cigarrillos turcos. Para él, esas cosas importaban más que cualquier ser vivo y, por ello, no se le conocen romances. Su suicidio es sencillamente impecable: a los 30 años, tras escribir la novela "La sobremesa" (desaparecida en un naufragio), va al médico y le obliga a dibujar sobre su pecho el lugar exacto del corazón. Entonces celebra una fiesta por todo lo alto y, como fin de fiesta, se coloca una esponja junto al costado de su frac, para evitar que la sangre le manche la pechera, y se pega un tiro en el pecho que acaba con su vida.

    

ENFERMEDADES DE LA NIÑEZ

A una boca vendida,
a una infame boca,
cuando sintió el impulso que en la vida
a locuras supremas nos provoca,
dio el primer beso, hambriento de ternura
en los labios sin fuerza, sin frescura.
No fue como Romeo
al besar a Julieta;
el cuerpo que estrechó cuando el deseo
ardiente aguijoneó su carne inquieta,
fue el cuerpo vil de vieja cortesana,
Juana incansable de la tropa humana.
Y el éxtasis divino
que soñó con delicia
lo dejó melancólico y mohíno
al terminar la lúbrica caricia.
Del amor no sintió la intensa magia
y consiguió... una buena blenorragia. 

sábado, 7 de junio de 2014

LA INVENTADA

La Inventada no ha vivido nunca, pero está ahí y se hace notar. Es muy hermosa, aunque de modo distinto para cada cual. De ella se han dado descripciones extáticas. Algunos elogian sus cabellos, otros sus ojos. Pero hay descuerdo en cuanto al color, que va desde un brillante azul dorado hasta el negro más intenso, y eso vale también para el cabello.
La Inventada tiene distintas tallas y cualquier peso. Prometedores son sus dientes, que a menudo pone al descubierto. El pecho tan pronto se le encoge como se le hincha. Camina, se echa. Está desnuda o fabulosamente vestida. Sólo sobre su calzado existen cientos de datos diferentes.
La Inventada es inalcanzable, la Inventada se entrega fácilmente. Promete más de lo que cumple y cumple más de lo que promete. Revolotea, se queda quieta. No habla, lo que dice es inolvidable. Es descontentadiza, se dirige a cualquiera. Es sólida como la tierra, ligera como un soplo.
Parece cuestionable que la Inventada sea consciente de su importancia. También sobre eso andan a la greña sus adoradores. ¿Cómo logra que todos sepan que es ella? Claro que a la Inventada le es fácil, pero ¿habrá sido así desde el comienzo? Y ¿quién la habrá inventado hasta hacerla inolvidable? ¿Quién la habrá difundido por la tierra habitada? ¿Quién la habrá endiosado y quién la vendería a buen precio? ¡Quién la dispersó por los desiertos de la luna antes de izar en ella su bandera? ¿Quién ocultaría un planeta en densas nubes por llevar su nombre?
La Inventada abre los ojos y jamás vuelve a cerrarlos. En las guerras, los moribundos de ambos bandos le pertenecen. Antiguamente estallaban guerras por ella, ahora no, ahora visita a los hombres en los frentes y les deja, sonriente, un retrato.
                                                                                                     Elias Canetti

LA SOLEDAD

   Por aquella finta de tu taco y el garbo inusitado que se desangra de puro tierno, yo te pido, con ausencia de toda filosofía, que te acuestes conmigo pues a este paso, solo, mi piel de cabrito se sigue astillando y me agoniza el gen.
Olvidemos la castidad de tu juanete. Amárrame, por ahora, con las tiras de la badana verde y hebillada que protege tu pie rucio, arrebozado en talco, antes que la agonía y la moda nos mate a los dos.
                                                                          Hernán Lavín Cerda

viernes, 6 de junio de 2014

CARTA A LA PRESIDENTA

Presidenta de mi corazón:
Esta carta obscena, destinada a reemplazar las porquerías dominicales, llega a Ud. con bastante retraso, retraso debido más que al autor a su obscenidad.
La pudibundez reina en estos lugares solemnes y antiguos, y me llena de pesar no poder enviarle más que porquerías merdosas y poco espermáticas.
Le relataré por orden de ruta nuestras aventuras.
En Ginebra, el gobierno recomienda en las puertas de la ciudad mirar hacia atrás, lo que es mucho para una ciudad protestante en la que, para humillar a los católicos y demostrarles que no son más que unos paganos sensuales, las mujeres se cepillan el culo y las tetas con la garlopa de la modestia, según el método americano.
Hicimos lo posible para ver esas doce nalgas prescritas por la autoridad, y sólo pudimos ver cuatro de ellas, sobre la cuerda circense y separadas por un perineo bajo las faldas de las dos muchachitas saltimbanquis alemanas, cuyos culitos no deberían resultar nada desagradables de palpar. Pero, al no hablar alemán, nos fue del todo imposible que pudiéramos hacer un ejercicio de lenguas con esos traseros.
¡Oh, hermosos culos celestes aquéllos! Con cuánta magnificencia se nos aparecieron entre esas cuatro velas. Por ellos hubiese yo utilizado uno de los catorce preservativos, que con tanta inquietud Louis guarda y cambia de sitio constantemente........
                                                                         Teophile Gautier  Carta a la presidenta

jueves, 5 de junio de 2014

HACIENDO EL AMOR CON MÚSICA

 Para mi - dijo Romeo - bailar es, simplemente, hacer el amor con música. - Será por eso que nunca quieres bailar conmigo - replicó Julieta. 
Es curioso, pero las ideas de un generación se convierten en los instintos de la siguiente. Todos nosotros somos, en gran parte, las ideas materializadas de nuestras abuelas y, sin saberlo, nos comportamos de tal forma. Es extraño que el injerto obre tan velozmente, pero así es. Si las ideas cambian con rapidez, habrá una transformación correlativamente rápida en la humanidad. Nos convertimos en lo que pensamos. Peor aún, nos hemos convertido en lo que pensaban nuestras abuelas. Y los hijos de nuestros hijos se convertirán en las cosas lamentables que nosotros estamos pensando. Lo cual es la caída psicológica de los pecados de los padres sobre los hijos. Porque nosotros no nos convertimos simplemente en los pensamientos elevados o hermosos de nuestras abuelas. ¡Ay, no! Somos la encarnación de las ideas más potentes de nuestros progenitores, y esas ideas son en su mayoría privadas, ideas que no deben ser reconocidas en público, sino transmitidas como instintos y como dinámica de la conducta hasta la tercera y la cuarta generación. ¡Ay, de las cosas sobre las cuales cavilaron en secreto nuestras abuelas y que desearon en privado! Esas cosas somos nosotros.......
                                                       D.H. Lawrence  Haciendo el amor con música

LOS OJOS CULPABLES


     Cuentan que un hombre compró una muchacha por cuatro mil denarios. Un día la miró y echó a llorar. La muchacha le preguntó por qué lloraba; él respondió: "Tienes tan bellos ojos que me olvido de adorar a Dios." Cuando quedó sola, la muchacha se arrancó los ojos. Al verla en ese estado el hombre se afligió y le dijo: ¿Por qué te has maltratado así? Has disminuido tu valor. Ella le respondió: "No quiero que haya nada en mí que te aparte de adorar a Dios." A la noche, el hombre oyó en sueños una voz que le decía: "La muchacha disminuyó su valor para ti, pero lo aumentó para nosotros y te la hemos tomado."
Al despertar, encontró cuatro mil denarios bajo la almohada. La muchacha estaba muerta.
                                                                                                 Ah´med Ech Chiruani

miércoles, 4 de junio de 2014

EL PROFESOR DE AJEDREZ

Cuando al hombre se lo presentaron, en el Club Social del pueblo, no entendió bien el apellido; pero el otro, evidentemente, no era de ahí.
El individuo era alto, canoso y con barba muy cuidada, como los dandys de la época de Mansilla. En seguida propuso jugar al ajedrez. En realidad el hombre apenas sabía mover las piezas, pero aceptó.
Todas las tardes, con paciencia, el forastero le daba lecciones. No jugaban, sino que estudiaban métodos para lograr una buena posición después de la apertura, combinar en el medio juego, rematar bien las finales. Un día el profesor le dijo:
- ¿Sabe que está jugando muy bien? Ya conoce casi tanto ajedrez como yo.
- El hombre se sintió halagado, pero no quiso alardear.
- En el "casi" está la diferencia -dijo.
- Sí, puede ser, contestó el otro, como si pensara en que ya era tiempo de irse a otro pueblo menos aburrido. El aprendizaje duró todavía una semana. Cuando el domingo llegó, el profesor dijo:
- Mañana me iré del pueblo; es lunes.....Pero antes, vamos a dar la última lección.
Empezaron. La partida era pareja y no se vislumbraban posibilidades para ninguno de los dos. Estaban en el medio juego y el profesor, que parecía preocupado, no había tenido oportunidad de señalar ningún error, como hacía habitualmente ante una jugada débil o incorrecta del hombre. De pronto lo miró, y dijo:
- ¿Quiere que juguemos en serio?
El alumno pareció no comprender: todo el tiempo había jugado en serio. El profesor aclaró:
- Quiero decir que sigamos esta partida hasta el final, ¿entiende? Sin que yo le indique nada. Un modo de medir sus fuerzas.....
El hombre miró el tablero, repasó la posición y la consideró a la luz de todo lo que sabía. La partida era equilibrada y tenían las mismas piezas. Pero algo le gustaba. Era como una intuición de que iba a ganar, como un deseo de competir, de arriesgarse.
Miró el rostro impasible del profesor.
- ¡Bueno!-, dijo.
Entonces el otro movió una pieza y susurró.
- Mate.
Era cierto.
- Es admirable, dijo el alumno. Aparentemente no había ningún peligro. Estábamos iguales.....
- Así es, aparentemente, señaló el profesor.
El hombre, ya resignado, comentó, mientras se levantaban:
- Es malo fiarse mucho, ¿no? Esta ha de ser la última lección.....¿Cómo me dijo que se llamaba?
El profesor contestó:
- Dios.
                                                                                            Federico Peltzer

martes, 3 de junio de 2014

BELLEZA

Lo que uno puede conocer es muy poco, pero quizá a cada uno le sea dado lo esencial en distintas formas. Entonces, todas las sugerencias humanas son iguales o igualmente preciosas.
Por ejemplo, yo no sé nada de literatura húngara, pero, sin duda, esa literatura tiene bellezas no inferiores a las literaturas que yo conozco. Sería muy raro que no existieran. Creo que a todo poeta le ha sido deparado escribir el mejor verso del mundo; a algunos muchos y a otros uno solo. Combinando palabras y soñando sería muy raro no haber dado alguna vez con el verso, que por un momento, sea único.
La belleza no es un hecho raro, no es un hecho concedido a pocos hombres. Creo que la belleza nos acecha, y aquí vuelvo a recordar a Cansinos Asséns que formuló esta extraña plegaria a Dios: "¡Oh, señor, que no haya tanta belleza!" ¡Estaba abrumado por la belleza! ¡Cómo se nota que era un verdadero poeta! ¡Una frase espléndida!
                                                   Borges  A/Z

lunes, 2 de junio de 2014

TERCERA CARTA A GERTRUDE (28 de octubre de 1876)

Mi queridísima Gertrud:
Sentirás pena, sorpresa y desconcierto cuando sepas la extraña enfermedad que tuve desde que te fuiste. Llamé al médico y le dije:  Déme alguna medicina porque me siento cansado. El contestó: ¡ Tonterías ! Usted no necesita medicinas, ¡ métase en la cama ! Yo insistí: No, no es esa clase de cansancio que se cura metiéndose en la cama. Tengo cansada la cara. El se puso serio y me dijo: Lo que usted tiene cansado es la nariz; una persona suele hablar demasiado cuando cree que tiene mucho olfato. Yo le dije: No, no es la nariz. Quizás es el pelo. Entonces él se puso más serio y contestó: Ahora lo entiendo: se ha desmelenado usted tocando el piano. No, le aseguro que no lo he hecho, repuse.  Y no es exactamente el pelo, es más bien entre entre la nariz y la barbilla. Entonces él se puso todavía más serio y dijo: ¿Ha estado usando mucho la barbilla últimamente? Yo dije: No. ¡Vaya!, dijo él, esto me desconcierta mucho. ¿Cree usted que se trata de los labios? ¡Claro!, dije, ¡Se trata exactamente de esto! Entonces él se puso más serio y dijo: Creo que ha estado usted dando demasiados besos. Bueno, dije, le di un beso a una amiguita mía. Piénselo bien, me dijo él, ¿está seguro de que fue sólo uno? Yo lo pensé bien y dije: Quizá fueron once. Después el médico dijo: No tiene que darle más besos hasta que sus labios hayan descansado. ¿Pero qué voy a hacer?, dije, porque verá, yo le debo todavía ciento ochenta y dos besos más. Entonces él se puso tan serio que las lágrimas le corrieron por las mejillas, y dijo: Puede mandárselos en una caja. Y entonces me acordé de la cajita que había comprado una vez en Dover, con la idea de regalársela a alguna niña. Por lo tanto los he guardado allí con mucho cuidado. Dime si han llegado bien o si se ha perdido alguno por el camino.
                                                     Te quiere
                                                                                    Lewis Carroll  Niñas