
Empezó su carrera literaria en 1806, con un volumen de versos, del que Palmira era el más importante: una meditación sobre la ciudad en ruinas.
Peacock se consideraba como un poeta de la soledad, que buscaba las sombras y meditaba sobre lo transitorio de la vida. En esta época se enamora de una chica de la vecindad, amores con un triste final, ya que se casa con otro y muere un año más tarde, dejando para siempre una profunda huella en Peacock. En 1812 conoce a Shelley, traban una gran amistad hasta que en 1918 Shelley abandona Inglaterra y Peacock no lo volvió a ver. Continuó siendo su agente, mantuvieron una correspondencia frecuente y memorable y a la muerte de Shelley tomó la honrosa tarea de ejecutar su testamento.
Peacock fue un maestro de la sátira y de la ironía y nos muestra esa amplia gama de matices que pueblan la jornada del hombre en su camino hacia la liberación, del absurdo de su condición humana y de la seriedad aparente de sus propias tradiciones; del sentido del humor anglosajón, ese humor sin carcajadas y muchas veces sin sonrisas. En muchas de sus obras Peacock traza una deliciosa sátira de todas las posturas y maneras que el Romanticismo trajo consigo.
Escribió novelas, poemas, ensayos, teatro y cuentos. Destacan de su producción:
* Headlong hall
* Melincourt
* Nightmare abbey
* The misfortunes of elphin
* Crotchet castle
* Gryll grange