Vi irrumpir en el mar Grande los cuatro vientos del cielo y salir del mar cuatro bestias diferentes. La primera era como león con alas de águila. Le fueron arrancadas las alas y se puso sobre los pies a manera de hombre y le fue dado corazón de hombre.
La segunda bestia, como un oso, tenía entre los dientes tres costillas; le dijeron: levántate y come mucha carne.
La tercera, semejante a un leopardo, con cuatro alas de pájaro sobre el dorso, y cuatro cabezas; le fue dado dominio.
La cuarta bestia era sobremanera fuerte, terrible, espantosa, con grandes dientes de hierro: devoraba y trituraba, y las sobras las machacaba con los pies. Era muy diferente de las anteriores y tenía diez cuernos, de entre los cuales salió otro pequeño, y le fueron arrancados tres de los primeros, y el nuevo tenía ojos humanos y boca que hablaba con gran arrogancia.
Daniel, 7-9.