Dos breves novelas artúricas de la primera década del siglo XIII que tienen como protagonista a Gauvain, sobrino del rey Arturo, y el más perfecto caballero de la Tabla Redonda.
La doncella de la mula
Comienza en la corte de Arturo, al acudir una doncella montada en una mula sin freno, diciendo, desesperadamente, que si un caballero le trajera el freno que le ha sido arrebatado, volvería a ser feliz. Varios caballeros de la Tabla Redonda se ofrecen a ello, pero es Gauvain quien se lanza a su búsqueda. El camino es difícil y múltiples los peligros: serpientes, leones, dragones, sanguinarios caballeros y también la magia de los magos saldrán al encuentro de la aventura de Gauvain.
El caballero de la espada
En esta novela, Gauvain llega a un castillo en donde debe soportar las exigencias de su despótico señor, pues lo contrarrio le acarrearía la muerte. Este es el motivo por el que tiene que pasar la noche con su hija, en un aposento donde pende una espada sobre el lecho, que lo hiere cada vez que intenta una aproximación amorosa.