Ibis mío llamado Ofélia:
¡Pásmate, ente pequeñísimo!, ¡aquí te estoy escribiendo, contra mi hábito, uso y costumbre! Parece imposible, pero no hay duda. La pluma corre sobre el papel, tiene tinta, y por eso produce letras. Esas letras forman palabras....pero esas palabras no tienen sentido que digamos.
Ibis del Ibis: quiero besitos, , quiero muchos besitos. Tengo hambre de besitos, tengo sed de besitos, tengo sueño de besitos. Sólo besitos es lo que no tengo. Mañana, a la 1, paso por tu casa, como está acordado. Creo que me conocerás, pues puede que pase disfrazado de vendedor de billetes de lotería, o de mano-de-vaca, o de carreta por componer. Todavía no lo sé. Si no tuviese juicio, iría a por mi juicio.
¿Sabes que estoy pensando que tendré, al final, tiempo de ir a esperarte? Si compruebo que sí, llevo yo mismo esta carta y se la entrego al Ibis del Ibis de la Ibis del Ibis.
Tú, hoy o mañana, si tienes ocasión y quieres acordarte de cierto Ibis que te quiere un tanto o cuanto, haz lo posible por acordarte. Sí, Niñita del Niñito del Bebé del Ibis de la Avispa de
Fernando
Fernando Pessoa Cartas de amor a Ofélia