* Una actriz, amante casual de Napoleón Bonaparte, vio en la habitación de éste un retrato suyo en un marco de diamantes. Codiciosa le dijo:
-Me gustaría tener un retrato de mi Emperador.
-Pues es fácil, respondió Napoleón sacando del bolsillo de su casaca una moneda de cinco francos, toma éste que es el que más se me parece.
* Había en París, en una de las principales tiendas de ultramarinos, un queso muy bien presentado debajo de una campana de cristal. El tendero había colocado un cartel muy grande que decía: "El rey de los quesos".
Pasó un sujeto, compró el queso..... y al día siguiente entró en la tienda echando chispas.....
-Pero hombre, ¿qué queso me ha dado usted? Está completamente podrido. No engañe usted así a la gente.
-Yo no engaño a nadie, replicó el tendero. Fíjese que no dice que es el mejor de los quesos, sino el rey de los quesos, es decir, lo más detestable, lo peor de los quesos.
¡O somos o no somos republicanos!
* En lo más recio de una batalla que se daba en Holanda, el general Von Grotten pidió un polvo de rapé a uno de sus ayudantes.
Le alargaba éste la caja de tabaco cuando una bala, dándole en el pecho, le mató.
El general, sin inmutarse, se volvió a otro ayudante diciéndole:
-No ha podido ser. ¡A ver si con usted tengo más suerte!
Carlos Fisas (Historias de la Historia)