- ¡No podéis salir! ¡No saltéis! Vais a morir...
Las dos ranitas atrapadas no hicieron caso de sus palabras y saltaron con todas sus fuerzas. Sin embargo, una de ellas pronto se desanimó por los gritos de sus compañeras. Dejó de saltar y murió. La otra rana continuó saltando sin parar, a pesar de los gritos de las otras ranas:
- ¡No podéis salir! ¡No saltéis! Vais a morir...
Gracias a que continuó saltando consiguió salir de ese pozo tan hondo y se salvó. Cuando salió del pozo, las otras ranas no se lo podían creer:
-¡Te has salvado! ¡Es un milagro! ¿Pero no oías nuestros gritos de desánimo?
La ranita se consiguió salvar porque era sorda, y se pensaba que los gritos eran de ánimos. La otra ranita, en cambio, oía los gritos y se desanimó tan rápido que murió.
Cuento popular de la India