James Hogg nació en Etrick (Escocia) en 1770, donde vivió como granjero salvo un corto lapso de tiempo que -ya maduro- pasó en Edimburgo, ejerciendo el periodismo y relacionándose con Byron y Wordsworth. Descubierto por Walter Scott, Hogg fue autor de una vasta obra literaria (preferentemente poesía y relatos). Pero la obra que le dio fama y por la que pasará a la historia de las letras anglosajonas es por su libro " Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado ", en donde, a través de una forma seca y dificil de abordar el horror, seguimos el lento deterioro de un personaje animado al crimen por la fatal doctrina calvinista sobre la predestinación.
En palabras de André Gide " que yo recuerde, hace mucho que no me había sentido tan cautivado, tan voluptuosamente atormentado por un libro, que bien merece emerger de nuevo de las sombras en las que ha estado esperándonos durante más de un siglo ".