En la literatura catalana Calders es un "raro", un escritor insólito, fuera de modas y tendencias, creador de una obra personalísima que se anticipa al "realismo mágico" del boom sudamericano, creando un mundo de humor y fantasía a partir de lo cotidiano, subrayando el absurdo encubierto bajo los rituales de la vida social, mostrando la cara misteriosa de la realidad.
Publica sus primeros libros en 1936, "El primer arlequí", relatos breves y su primera novela, "La gloria del doctor Larén". Sus experiencias como soldado republicano se reflejan en "Unitats de xoc" (1938). Después de la guerra se exilia en Francia y Méjico, esta experiencia en el exilio aparece con frecuencia como tema central de cuentos y novelas como "Aquí descansa Novares" y
"L´ombra de l´atzavara". Regresa del exilio en 1962, donde la acción política y su lucha contra la dictadura precisa de lo que el autor llama literatura de combate, con títulos como "Ronda naval sota la boira", "Cróniques de la veritat oculta", "Demá a les tres de la matinada" y
"Tot s´aprofita".
*** Se levantó malhumorado, con el genio del revés, y empezó a rebuscar por el cuarto. Abría cajones y armarios, tiraba la ropa al suelo y, de pronto, se puso a cuatro patas para mirar bajo los muebles. Su mujer, desde la cama, con las manos en la nuca, lo miraba con una sonrisita burlona y en actitud de no estar dispuesta a meterse en nada. "Como rompas algo-pensaba-, me vas a oír."
Al cabo de un buen rato, le preguntó:
- ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes?
- ¡He perdido la memoria y no la encuentro en ningún sitio! - respondió él con un bufido.
La mujer abrió unos ojos como platos, alzó los brazos como si clamase al cielo y tensó todos los músculos de la cara para expresar la infinita paciencia de este mundo.
- Pero, ¡infeliz! ¿No ves que la llevas puesta? ***
