
Petrus Borel fue un auténtico dandy. Se referia a sí mismo como "el licántropo", con el que adquirió notoriedad y levantó sonoros escándalos en las primeras decadas del siglo XIX. Funda junto a Nerval y Gautier el "petit cénacle", que agrupó a escritores y artistas y desde el que se dirige la batalla del romanticísmo contra el clasicísmo. Pero su agresividad provocaba la ira de sus contemporáneos y la crítica se ensañó con él duramente, calificándole de truculento, decadente e inmaduro. Cercado por la miseria y desmoralizado por los ataques de que era objeto se expatrió en Argel, donde el hambre y el sol acabaron con su vida en 1859.
Su obra más notable y por la que es hoy reconocido la tituló "Champavert. Cuentos inmorales", libro sin par, mistificación lúgubre, burla de una terrible imaginación (Breton). Es una obra polémica, agresiva, con un estilo a veces poético y a veces panfletario y lúcido que, saltando siglo y medio, entronca con la literatura más actual.