Faltando al pudor más elemental
Debo por necesidad de publicidad
Divulgar con quién y en qué posición
Me entrego al estupro y a la fornicación
George Brassens
El texto original francés de este guión cinematográfico se publicó por primera vez en París en 1932, sólo dos años después de que Dalí, en colaboración con Buñuel, escribiera el guión de L´Age d´Or. Así, el contenido de Babaouo se inscribe de lleno en la época de eclosión del movimiento surrealista y ofrece un testimonio cabal de la inagotable fuente daliniana generadora de imágenes.
" A partir de las primeras notas de la sardana Per tu ploro, se alza el telón pintado por Salvador Dalí y que representará un vasto y desolado paisaje mineral. Las formas convulsivas y catastróficas de las rocas ofrecerán la rígida noción de un delirio geológico milenario.
Una cuchara de plata de diez metros de longitud nacerá directamente de una roca de puro óxido de hierro y atravesará en ligera diagonal el paisaje. En el interior de la cuchara se verán dos huevos al plato (sin el plato) cuyo rojo será rojo fuego debido al reflejo del extremo de un peñasco color de orín e iluminado por el sol poniente; el resto del paisaje estará sumido en una sombra precrepuscular, en tanto que la clara de los huevos y la plata de la cuchara reflejarán la luz del cielo, que será, con gran exactitud, la de una aguamarina.
Este telón se levanta al finalizar la sardana y descubre a treinta y cinco inválidos que ocupan totalmente la escena sin apenas dejar un espacio libre. Cada uno de ellos llevará, atada sobre la cabeza por medio de una correa por debajo de la barbilla, una gallina viva y con las patas al aire. Irán vestidos de jovencitas y cantarán con gran sensualidad, los ojos en blanco y el rostro pletórico de malicia y alegría, la rumba "El manisero".
Mediada la rumba, aparece en escena un bailarín parecido a los exhibicionistas del tango, que empieza a bailar sin seguir la música. Ejecuta saltos irregulares y rígidos, aprovechando el escaso espacio libre que ha quedado entre los inválidos, con el resultado de constantes empujones y pifias de toda clase. Este bailarín llevará un brazo enyesado y uno de los pies envuelto en una voluminosa cantidad de algodón. La danza, que debe parecer muy violenta y necesitada de un esfuerzo exagerado, precederá inmediatamente a la caída del telón " (continúa)
Salvador Dalí Babaouo