Desde su aparición, los círculos literarios atribuyeron a Louis Aragón la creación de esta pequeña obra maestra del erotismo, pero este importante escritor francés se ha negado siempre a que el libro se editase con su nombre o, simplemente, a reconocerlo privadamente. Nada se sabe, pues, sobre el autor de manera cierta. La obra ha merecido la admiración de escritores como Albert Camus, quien lo calificaba de uno de los más bellos textos eróticos, y como Octavio Paz, quien escribió que IRENE es el erotismo como rabia verbal.
" No me despierten, cochinos, con un demonio, no me despierten; cuidado, que muerdo, que veo todo rojo. Que horror; además, el día, aún la perrería, la inestabilidad, la agrura. Quiero volver al mar ciego; basta de relámpagos ¿qué son estas tormentas continuas?, ¿quieren que viva la vida del trueno? me han puesto láminas en vez de orejas, estalla el grisú; cada vez que respira mi pecho se escabullen mis mineros por galerías de angustia; explota, explota a más no poder. Pero no es el día, es dinamita. Clavan espadas en mis párpados, hunden dedos en mi garganta, me restriegan el pellejo con cascajos del despertar. No me arranquen las uñas; metida en el mantillo de los sueños está mi carne pegada a la sombra; la noche está en mi boca, mi sangre no quiere correr. Estoy dormido, carajo, estoy dormido.
Bestias, voy a gritar; grito, bestias, hijos de cerdas enculadas por los reclinatorios; abortos de calzones sucios, lodos de cagaderos, puntos idos en la media de las putas, sapos, domésticas, mucosas purulentas, alimañas; suéltenme; los mato, los machaco, les arranco los huevos, les masco la nariz, los pisoteo ..................." ( así, in crescendo, hasta la pg.¿69? )