Poeta, novelista, diplomático brillante y trotamundos impenitente, Morand es un personaje de leyenda, el típico escritor francés culto, de derechas, elegante, mundano y genial.
Uno de los creadores de la poesía moderna y el primero en traspasar a la prosa los recursos que se consideraban propios de la poesía y el más célebre y aclamado escritor francés de la década 1920-1930.
Las principales características de sus relatos son un ritmo vertiginoso e imperturbable y el empleo de imágenes de tipo cinematográfico que consiste en describir los hechos y los personajes no en función de sus pensamientos sino de los gestos y los actos que conllevan dichos pensamientos. Su obra evoca la atmósfera cosmopolita y la vida social de la posguerra. Alguien lo define como "un dandy mimado por los dioses y amado por las mujeres".
San Sebastián
Las tres y cuarto ¡Qué hora tan estúpida!
A través de las losas de vidrio
el jazz-band me cosquillea los pies.
San Sebastián ofrece su cuerpo vasco
a las flechas de las viejas jugadoras
ávidas de un pleno,
la bola rueda como una cinta de ametralladora,
cantando esa falsa nana que es el azar.
La ciudad está inscrita en el círculo de la bahía
y en el círculo del Casino,
como un cuerno,
de cuya punta fluye la abundancia.
Los peces vienen a comer
hasta la boca de las cloacas.
En el fondo de las conchas sonoras
se oyen las voces de los croupiers belgas.
Las mansiones se aprietan a lo largo del paseo,
como incisivos,
mientras arriba,
negras muelas descarnadas,
los Conventos jesuitas
mastican un paisaje de montañas.