"Corta la cuerda"es un juego contenido en la obra Justine, del marqués de Sade.
Para jugar este juego una persona (el bandido Rolando) se pone de pie en un taburete y, sosteniendo una hoz en la mano, mete la cabeza en un nudo de cuerda; después, la otra persona (Justine) retira el taburete y es entonces cuando la primera debe cortar la cuerda con su hoz antes de asfixiarse.
". . . . Después de ajustar el nudo alrededor de mi cuello, ocupa mi lugar en el sofá. Entonces insúltame mientras yo acaricio mi sexo, y cuando te des cuenta de que me he excitado lo suficiente, tira del taburete que tengo bajo los pies. Pero no voy a tener una hoz para cortar la cuerda, porque tal vez se me antojara usarla prematuramente. En cambio tu sostendrás la hoz, y cuando se caiga el taburete me quedaré colgando. Déjame así hasta que puedas comprobar la eyaculación, o tengas evidencia de que estoy a las puertas de la muerte. Si sucediera esto último, tendrás que cortar inmediatamente la cuerda y devolverme el sentido con palmadas fuertes en la cara y la cabeza; pero en el primer caso permite que continúe la eyaculación hasta que se haya agotado mi substancia; entonces podrás descolgarme".
Habiéndole dado esas explicaciones se subió al taburete. Obedeciendo a sus instrucciones, ella le apretó el nudo alrededor del cuello. El se puso a acariciarse mientra ella lo maldecía, y al cabo de pocos segundos su enorme miembro se enderezó. Entonces hizo señas de que tirara de la cuerda, el taburete salió volando, y. . . .
¡Fue exactamente como lo había predicho el pícaro! Cuando su cuerpo se retorció por la fuerza de la caída, una amplia sonrisa de éxtasis iluminó su rostro. Una vez expulsadas las últimas gotas, Justine cortó la cuerda. El muchacho cayó al suelo, inconsciente, pero pronto lo revivieron los golpes que ella le propinó. Su dicha llegaba casi al delirio.
-¡Ay, encantadora criatura! -exclamó- ¡Estas sensaciones superan lo creíble! ¡Son más de lo que haya concebido jamás!
Donatien Alphonse Francois de Sade Justine o los infortunios de la virtud (1787)