Ella - Ayer tarde no pude salir contigo porque salí con tía Antonia, que tenía que comprar un colador.
El (apretando las manos de ella). - ¿Y comprasteis el colador?
Ella - (bajando la mirada). - Sí; compramos el colador.
El (acercándose mucho). - ¿Cuánto os costó el colador?
Ella - Catorce pesetas.
El (mirándole fijamente a los ojos) - ¡Qué escándalo! Antes, los coladores valían una peseta.
Ella - (llena de rubor) - Y además con más agujeros.
Antonio Lara "TONO" Diario de un niño tonto (1958)