A pesar de su anonimato, ya desde su aparición esta obra fue atribuida a Apollinaire en opinión de sus amigos Picasso, Breton, Eluard, Aragon...... En los círculos culturales de vanguardia del París de principios de siglo su autoria era un secreto a voces. Pero hasta 1924, seis años después de la muerte del poeta, este secreto no se desvela en letra impresa.
Pero esta obra maestra no debe ser tomada como una novela pornográfica ya que es algo totalmente opuesto a la pornografía de consumo, es una obra totalmente diferente, terriblemente humorística y sarcásticamente corrosiva. Apollinaire resume en Las once mil vergas todos los motivos eróticos de la literatura universal tratados de forma paródica. Lleva cada situación al límite. La seriedad y la trascendencia, típicas de la pornografía de consumo brillan por su ausencia. El humor invade y domina toda la obra.
Responde al gusto innato del poeta por la provocación, a su interés por el erotismo, a su portentosa imaginación y a la contradicción permanente en su vida y en su obra.
*En el "Catálogo clandestino de libros eróticos" de 1907, se decía:
- Más fuerte que el marqués de Sade, la novela de la que se habla en voz baja en los salones más distinguidos de París.
- No se ha escrito nada más aterrador que la orgía en el coche cama, culminada por un doble asesinato. Nada más conmovedor que el episodio de la japonesa Kiliemu cuyo amante, afeminado confeso, muere empalado tal como ha vivido.
- Hay escenas de vampirismo sin precedentes cuya actriz principal es una enfermera de la Cruz Roja, bella como un ángel, que, insaciable, viola a los muertos y a los heridos.
- Las escenas de pederastia, de safismo, de necrofilia, de bestialidad se combinan de la forma más armoniosa.
- Es la novela del amor moderno escrita en una forma perfectamente literaria. El autor se ha atrevido a decirlo todo, es verdad, pero sin ninguna vulgaridad.