jueves, 9 de abril de 2015

El temblor


La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme,
buscarme la cerviz,
bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras
que me separan de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre 
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti 
y canta germinal en tu garganta.
              
                                    José Ángel Valente   (1929-2000)