España me parece un país admirable; mejor dicho, un conjunto de países admirables, sobre todo si pienso en Galicia, si pienso en Castilla -ahí mi entusiasmo se enfría un poco-, si pienso en Andalucía. Creo que el español común -lo que se llama en inglés the man in the street- es uno de los mejores hombres del mundo, sobre todo desde el punto de vista ético. Yo no he conocido un español cobarde; casi podría decir que no he conocido un español deshonesto. En cambio, los literatos españoles -con alguna excepción- no suscitan mi admiración. Si yo tuviera, por ejemplo, que comparar a los españoles con otros pueblos, yo diría que los españoles son, en general, éticamente superiores a los otros. Por ejemplo, yo no he conocido ningún italiano estúpido, no he conocido ningún judío estúpido; y, en cambio, he conocido a pocos españoles cuya inteligencia me haya impresionado especialmente. Es decir, yo hablaría de una superioridad ética de los españoles.
Jorge Luis Borges