viernes, 8 de abril de 2016

La transferencia del mal

      En Uganda, cuando un ejército vuelve de la guerra y los dioses advierten al rey , por medio de sus oráculos, de que algo malo se ha agregado a los soldados, acostumbran a coger una mujer esclava de entre las cautivas, junto con una vaca, una cabra, una gallina y un perro, todo del botín, y a devolverlo todo con una numerosa guardia a la frontera de donde proceden. Allí les rompen a todos, personas y animales, los brazos, piernas y patas, y los abandonan para que mueran, pues así quedan demasiado mutilados para arrastrarse y regresar a Uganda. Con objeto de transferir el mal a estos sustitutos, frotan a las gentes y al ganado con puñados de hierba y después los dejan atados, abandonados en la frontera. Cuando el ejército está declarado limpio, le es permitido entrar en la capital. En la ascensión al trono de un nuevo rey de Uganda, éste hacía una herida a un hombre, que enviaban después a la frontera como víctima expiatoria, alejando con él cualquier impureza que pudiera atacar al rey o a la reina.
                                                                                                    
                                                                                               Sir James George Frazer  (1854-1941)