miércoles, 29 de junio de 2016

Los brahmanes y el león

En cierto pueblo había cuatro brahmanes que eran amigos. Tres habían alcanzado el confín de cuanto los hombres pueden saber, pero les faltaba cordura. El otro desdeñaba el saber; sólo tenía cordura. Un día se reunieron. ¿De qué sirven las prendas, dijeron, si no viajamos, si no logramos el favor de los reyes, si no ganamos dinero? Ante todo, viajemos.
Pero cuando habían recorrido un trecho, dijo el mayor:
-Uno de nosotros, el cuarto, es un simple, que no tiene más que cordura. Sin el saber, con mera cordura, nadie obtiene el favor de los reyes. Por consiguiente, no compartiremos con él nuestras ganancias. Que se vuelva a su casa.
El segundo dijo:
-Mi inteligente amigo, careces de sabiduría. Vuelve a tu casa.
El tercero dijo:
-Esta no es manera de proceder. Desde chicos hemos jugado juntos. Ven, mi noble amigo. Tú tendrás tu parte en nuestras ganancias.
Siguieron su camino y en un bosque hallaron los huesos de un león. Uno de ellos dijo:
-Buena ocasión para ejercitar nuestros conocimientos. Aquí hay un animal muerto; resucitémoslo.
El primero dijo:
-Sé componer el esqueleto.
El segundo dijo:
-Puedo suministrar la piel, la carne y la sangre.
El tercero dijo:
-Sé darle vida.
El primero compuso el esqueleto, el segundo suministró la piel, la carne y la sangre. El tercero se disponía a infundir la vida, cuando el hombre cuerdo observó:
-Es un león. Si lo resucitan, nos va a matar a todos.
-Eres muy simple -dijo el otro-. No seré yo el que frustre la labor de la sabiduría.
-En tal caso -respondió el hombre cuerdo- aguarda que me suba a este árbol.
Cuando lo hubo hecho, resucitaron al león; éste se levantó y mató a los tres. El hombre cuerdo esperó a que se alejara el león para bajar del árbol y volver a su casa.
                                                                                   
                                                                                                 Cuento anónimo hindú







domingo, 19 de junio de 2016

Prescripción facultativa

     El médico fue taxativo. Tiene que ser así; no podemos criticar a estos profesionales, porque cuando se muestran severos lo hacen por nuestro bien.
Le dijo:
-Desde este momento, cambio total de régimen. Olvídese de las cosas que le gustan y empiece a acostumbrarse a las que no le gustan. Si obedece, podrá vivir aún algunos años.
Salió del consultorio con el alma a los pies, porque despedirse de los bellos momentos siempre invita al pesimismo, aunque sea a cambio de la promesa de durar más.
Cruzó la calle a tientas, sin fijarse en el semáforo, y lo aplastó una furgoneta de la Tintorería Esperanza. Uno de esos transeúntes que acuden siempre a toda prisa, intentó reanimarlo, y recogió del accidentado unas palabras balbuceantes:
-Para este viaje, no se necesitaban alforjas...
-¿Qué dice? -quiso saber el benemérito ciudadano que lo socorría.
-...Sobre todo -añadió el herido-, cuando hay quien me acaba de vaciar las alforjas.
-¿Qué quiere decir? -insistió el hombre diligente.
Pero ya no obtuvo respuesta, porque el enfermo grave acababa de morir de otra cosa.

                                                                                                Pere Calders  (1912-1994)

jueves, 16 de junio de 2016

Sátira

    
     La sátira es una especie de espejo en el cual, quienes la utilizan, descubren por lo general, las caras de todos excepto la propia; ésta es la principal razón de la amable recepción que encuentra en el mundo, y de que sean tan pocos quienes se ofendan por ella. Pero, aunque sucediera de otro modo, el peligro no es grande; y yo he aprendido por experiencia a no temer nunca a aquellos a los que haya podido provocar, pues la ira y la furia, aunque añaden fuerza a los nervios del cuerpo, parece no obstante que relajan los de la mente, y tornan todos sus esfuerzos débiles e impotentes.
Existe un tipo de cerebro que sólo puede ser espumado una vez; que su propietario lo administre con discreción y maneje sus pequeñas reservas con economía, pero, sobre todas las cosas, que se cuide mucho de exponerlo a los azotes de otros mejores, porque eso sólo le haría incurrir en impertinencias, y no encontraría nuevas reservas. Pues efectivamente el ingenio sin sabiduría es una especie de nata, que por la noche se acumula en la superficie, y basta una mano hábil que la agite para convertirla en espuma, pero una vez retirada esa espuma, lo que queda no servirá para nada excepto para ser arrojado a los cerdos.
                                                                                Jonathan Swift  (1667-1745)

Vaciedad de los sueños

    
     Vanas y engañosas son las esperanzas del insensato, y los sueños exaltan a los necios. Como quien quiere agarrar la sombra o perseguir el viento, así es el que se apoya en los sueños. El que sueña es como quien se pone frente enfrente de sí: frente a su rostro tiene la imagen de un espejo. ¿De fuente impura, puede salir cosa pura? Y de la mentira, ¿puede salir verdad? Cosa vana son la adivinación, los agüeros y los sueños; lo que esperas, eso es lo sueñas.
                                                                   Leído por ahí...

miércoles, 15 de junio de 2016

El sueño de Salomón


     Salomón ofreció mil holocaustos en el altar de Gabaón. Se le apareció Yahvé en sueños y le dijo: "pídeme lo que quieras." Salomón respondió: "¡oh, Yahvé! me has hecho reinar en el lugar de David, mi padre, no siendo yo tu siervo más que un mocito, que no sabe por dónde ha de entrar y por dónde ha de salir; da a tu siervo un corazón prudente para juzgar a tu pueblo innumerable y poder discernir entre lo bueno y lo malo." Agradó al Señor la petición de Salomón: "por haberme pedido esto y no larga vida para ti, ni riquezas, ni la vida de tus enemigos, sino entendimiento para hacer justicia, te concedo lo que me has pedido; y te doy un corazón sabio e inteligente como no ha habido otro ni lo habrá después. Y añado lo que no has pedido: riquezas y glorias tales, que no habrá en tus días rey alguno como tú; y si andas por mis caminos como lo hizo David, tu padre, prolongaré tus días." Despertóse Salomón, regresó a Jerusalén, se presentó ante el arca de la alianza de Yahvé, ofreció holocaustos y sacrificios eucarísticos, y dio un banquete a todos sus servidores.
                                                                                         Génesis, 28, 10-17

martes, 14 de junio de 2016

No hay prisa en abrir los ojos


     Tras las cortinas se adivinaba ya la luz aún manchada de sombras, pero serían –pensó– las ocho, la hora de levantarse, como todos los días de su vida. ¿Por qué? Se removió en la cama y sintió el cuerpo magullado por la batalla de cada noche, la colcha caída, sábanas arrugadas, las cenizas de tanta gente soñada y muerta doliéndole en la almohada endurecida, pero las siete de la mañana le habían parecido siempre temprano, y las nueve demasiado tarde. Sólo por eso. No había otra razón. ¿Qué prisa tienes? No abras los ojos, no hay prisa. ¿Quién le hablaba? ¿Oía otra voz o se hablaba a sí mismo? Sigue ahí, descansa. No abras los ojos. La noche ha sido terrible y te ha vencido. Sigue durmiendo, abre los ojos hacia ti mismo, mira dentro de ti, donde aún te late el corazón, donde están las cenizas de los que habitan tus sueños en las sombras. Pero eran ya las ocho, ¡las ocho! Y abrió los párpados, y no halló cosa en que poner los ojos, que no fuera recuerdo del olvido.
                                                                                                      Medardo Fraile

sábado, 11 de junio de 2016

Borges responde...

     ¿Ud. cree que hay otra vida?
No. Tengo la confianza de que no haya ninguna otra y no me gustaría que la hubiera. Yo quiero morir entero. Ni siquiera me gusta la idea de que me recuerden después de muerto. Espero morir, olvidarme y ser olvidado.
     ¿Y nunca le interesó la pintura?
Sí; me han impresionado mucho Rembrandt, Turner, Velázquez, Tiziano; me han impresionado algunos pintores expresionistas. En cambio, algunos a los que es ritual admirar, como el Greco, nada. El concepto del cielo que él tenía, lleno de obispos, arzobispos, de mitras, se parecería al concepto que yo tendría del infierno... La idea de un cielo eclesiástico me parece espantosa, de un cielo parecido al Vaticano. Posiblemente le desagrado al decirle esto, ¿no? Pero si el cielo del Greco era eso, estaría deseando ir a otro lado. Lo habría hecho por sentir nostalgia del Purgatorio o del Infierno. Pero en el caso del Greco, esto se debe a que él no creía en esas cosas y se nota esa indiferencia en los cuadros. Él estaba seguro de que no había otra vida, entonces, "para quedar bien", pintaba todos esos obispos.
     ¿Qué músico le interesa?
No sé si tengo derecho a nombrarlo, porque no lo entiendo: Brahms. Creo que es la única música fuera de las milongas o los espirituales o el cante jondo que me emociona. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que no tengo derecho a admirarla, porque si me preguntaran en que difiere de otras o en qué consiste, o en qué teorías está basada, no sabría decirlo. La siento de un modo físico, pero tal vez lo importante sea eso, y quizás sea la definición de la poesía también, lo que uno siente como poesía inmediatamente, cuando lo oye. Yo estoy oyendo continuamente rachas así de poesía por la calle. Oigo que la gente más cotidiana y más vulgar dice frases muy lindas y que las dice sin darse cuenta, con inocencia.
                                                     María Esther Vázquez entrevista a Borges (1973)

viernes, 10 de junio de 2016

El ratón en la pared

     Eso ya está visto: esta noche ayuno. Esperaba que se hiciera oscuro para salir de mi escondrijo y buscarme la comida, cuando ha empezado a llegar gente y se han puesto a hacer luz, a hablar y a moverse por todas partes. Hay una mujer con un niño, un viejo que los acompaña, y, además, los pastores de los alrededores. Son hombres, por tanto, perseguidores de mi raza, y no hay que dejarse ver. Me toca quedarme aquí, entre estas dos piedras removidas, espiando lo que sucede.
Y siento que el hambre me debilita. Esperaba encontrar alguna migaja de pan que se le hubiera caído hoy al labrador y algunos granos de trigo que se hubieran quedado entre la paja, como otras noches. Pero no hay solución. Salir de aquí no me conviene. Los pastores han encendido fuego y se ve como si fuera de día. En cuanto me descubrieran me aplastarían con sus zapatos herrados.
No se sabe lo que están haciendo ahí dentro. Por la noche no suele haber más que el buey y el asno, y de ellos no tengo miedo. Casi diría que somos amigos, aunque sean mucho mayores que yo. Esos cabreros están ahí, alrededor del pesebre, con los ojos abiertos, como si adoraran a ese niño que acaba de nacer. Sólo Dios sabe qué habrá ocurrido para maravillarse tanto y hacer tanta fiesta. A mí me parece un niño como los demás, y también los niños, cuando pueden, se divierten torturando a mis hermanos. Yo, de verdad, no tengo ningunas ganas de adorarlo como hacen estos villanos. Tanto más, que si sufro hambre es por su culpa. Si le dejaran solo, me gustaría divertirme mordiéndolo
                                                                       Giovanni Papini

miércoles, 8 de junio de 2016

Poesía anónima africana

     La poesía tradicional africana representa uno de los mayores tesoros de su literatura. Poesía anónima, trasmitida por tradición oral de generación en generación, que expresa las concepciones mitológicas y religiosas, los valores éticos, las gestas legendarias de sus héroes culturales, el rito, los cantos de alabanza a reyes y dioses, los aconteceres cotidianos. el amor, la desolación provocada por la muerte .....
La poesía tradicional ha permanecido siempre limitada a las sociedades tribales y sólo en época reciente se ha comenzado a recoger sistemáticamente este material y a traducirlo a otros idiomas, pues se temía que perdiera toda su musicalidad debido al carácter tonal de casi todas las lenguas africanas.
La oralidad y el anonimato son rasgos universales de la poesía antigua africana. Las obras de los poetas se convierten rápidamente en bien común. Al pasar de boca en boca, van enriqueciéndose, hasta transformarse en creación colectiva. Cada individuo del grupo se considera con derecho a aportar algo de sí a la herencia que ha recibido de sus antepasados.
Existen individuos cuya misión consiste en ser "la memoria del grupo", verdaderas bibliotecas vivientes encargadas de conservar las tradiciones de su tribu.
    
Canción de cuna   (poema Koruba, Costa de Marfil)

Y Tú, ¡oh, Torkia!
Montoncito de flores,
Entre la muchedumbre pasarás,
Por ti los hombres la razón perderán.
¡Cuántas bellezas parís vosotras, oh, mujeres,
Para dejarlas entre las manos de los hombres!
                                                                             

lunes, 6 de junio de 2016

El Reino de la Noche (W. H. Hogdson, 1875-1918)

     El Reino de la Noche es la sencilla historia de un joven de 17 años, encerrado con los escasos hombres "cuerdos" de este mundo futuro inmovilizado bajo la noche definitiva en una enorme pirámide metálica  de 1320 pisos de altura, asediada por los "mutantes", cada cual más horrible y peligroso que los otros. Un día, la Gran Palabra le llega telepáticamente desde otra pirámide olvidada, lejana. Es una joven quien la ha lanzado y que pide ayuda. La novela cuenta el viaje, a través de un país hostil, del joven en busca de la segunda pirámide, a la que llegará tras haber evitado la Casa del Silencio, los Hombres-Bestias Grises, el Vigilante del Norte, el Lugar donde Los Silenciosos matan, el Sonido de las Puertas de la Noche, la Llanura de Fuego Azul, los Perros de la Noche, la Carretera por donde marchan los Silenciosos ...... El Reino de la Noche es la crónica de las edades del terror y la anti-vida, la historia de una odisea y de un desesperado amor.