jueves, 30 de abril de 2015

PROMETEO

Cuatro leyendas hablan de Prometeo.
Según la primera, Prometeo fue encadenado al Cáucaso porque había traicionado la los dioses en favor de los hombres. Los dioses enviaban águilas para que le devorasen el hígado, que siempre volvía a crecerle.
La segunda nos dice que Prometeo, atormentado por el dolor de los picotazos, se arrimó cada vez más a la roca, hasta que se hizo una sola con ella. 
La tercera afirma que con el paso de los milenios su traición fue olvidada. Todos se olvidaron: los dioses, las águilas, él mismo.
Según la cuarta, cansado de sí mismo, ya no tenía ninguna razón para existir. Los dioses se cansaron, la cansada herida se cerró.
Quedó la inexplicable montaña rocosa.
La leyenda intenta explicar lo inexplicable. Ya que proviene de un fondo de verdad, debe terminar en lo inexplicable.
                                                  Frank Kafka   Prometeo (1917)


miércoles, 29 de abril de 2015

Los sueños de Astiages

Tras cuarenta años de reinado murió el rey medo Ciaxares y lo sucedió en el trono su hijo Astiages. Tenía Astiages una hija llamada Mandane; soñó que ésta despedía tanta orina que cubría toda Ecbatana y toda Asia. Cuidó de que no casara con ningún medo y la dio en matrimonio al persa Cambises, hombre de buena familia, carácter pacífico y mediana condición. Volvió a soñar Astiages, y vio que del centro del cuerpo de su hija salía una parra que cubría con su sombra toda Asia. Mandó Astiages retornar a su hija y cuando ésta dio a luz entregó al niño, para que lo matara, a su pariente Hárpago. Hárpago sintió miedo y piedad y entregó el niño al vaquero Mitradates, ordenándole que lo matara. Mitradates tenía por esposa a Perra, quien acababa de parir un niño muerto. El que les habían entregado estaba vestido con lujo; decidieron el cambio, pues también sabían que era el hijo de Mandane, y así preservaban su futuro.
Creció el niño y sus compañeros pastores lo proclamaron rey de sus juegos, y el niño rey se mostró inflexible. Lo supo Astiages y obligó a que Mitradates le revelara su origen. Así supo la desobediencia de Hárpago: fingió perdonarlo y lo invitó a un banquete, y le pidió a su propio hijo como compañero de su nieto. Durante el banquete, hizo que le sirvieran asados trozos de su hijo. Hárpago, así que lo supo, se dominó. Astiages interrogó nuevamente a sus adivinos. Le respondieron: si vive, ha de reinar; pero como ya reinó entre los pastores, no hay peligro de que alcance nueva corona. Satisfecho, Astiages remitió el niño a sus verdaderos padres, quienes quedaron felices de verlo con vida. El niño se hizo mozo y el mozo adalidad, y, con ayuda de Hárpago, destronó a Astiages y lo trató con benevolencia. Así fundó Ciro, el antiguo pastor, el imperio persa.
                                    Herodoto  (485-425 a.C)  Los nueve libros de la historia

domingo, 26 de abril de 2015

Don Juan y el tiempo

Don Juan, cincuentón, se cruzó con un muchacho que lo saludó:
 -¿Qué tal, padre?
 -¿Padre? ¿Por qué me dices "padre"?
 ¡Qué pregunta! ¿No me reconoces? Soy Juanito Tenorio, tu hijo. Madre te está esperando. Y desapareció.
Don Juan habló con unos vecinos que pasaban por la calle y así averiguó dónde vivía la madre del muchacho. Entró en la casa. En medio del patio, una mujer, todavía de buenas carnes. Don Juan nunca la había visto.
 -Acabo de cruzarme con un muchacho. Juanito se llama. Dice que es mi hijo. ¿Eres tú la madre?
 -Sí.
 -Pero si nosotros no nos hemos visto nunca....
 -Así es. 
 -Entonces tendremos que acostarnos para que Juanito haya nacido como Dios manda.
 -No tengo ningún inconveniente, pero antes hay que casarse.
 -Casémonos.
 -Antes, me tienes que enamorar.
 -De acuerdo. Comencemos. "Vite, adorete, abraseme tanto, que tu amor me anima a que contigo me case"....
 -Ah, no. ¿Qué te crees? ¿Así, a quemarropa? No, no. Enamorarse lleva tiempo. Además, a mí no me enamora cualquiera. Sin contar que antes de enamorarnos tenemos que conocernos; y antes de conocernos tenemos que encontrarnos en alguna parte....
 -¿Y si el azar no nos junta?
 -Ah, ahí está el detalle. No sabes lo que te perderías: ahora estoy madura; habría que verme en mis verdores. Hasta la vista.
Y se separaron.
Don Juan salta unos años para atrás, en busca de los verdores de esa mujer. Por el aire se le caen las canas. Busca a la mujer a quien debe enamorar, con quien debe casarse, de quien a de tener un hijo. Busca, busca. Ahora Don Juan es un mancebo de sangre bullente. Puesto que debe prepararse para la gran conquista, aprende a amar. Seduce a muchas mujeres. A cada seducción, los años se van aligerando. Aminta, Tisbea, Isabela. Aprovechando la superstición de las gentes se escabulle de Sevilla, ya sin barbas. Se mete en más amoríos: al salir de esa galante galería -Julia, Todora, Constanza, Inés- es apenas un púber. Un día, para que no lo castiguen porque acaban de sorprenderlo molestando a una chiquilla, se agurrumina y se pone a gatear, llorando a gritos. Rorro, crío, feto. Poco después acaba Don Juan en un óvulo.
                           E. A. Imbert   La locura juega al ajedrez (1971)

El cuervo

Entonces, aquel pájaro de ébano, que por la gravedad de su postura y la severidad de su fisonomía inducia a mi triste imaginación a sonreír. Aunque tu cabeza -le dije- no lleve ni capote ni cimera, ciertamente no eres un cobarde, lúgubre y antiguo cuervo partido de las riberas de la noche. 
¡Dime cuál es tu nombre señorial en las riberas de la noche plutónica! El cuervo dijo: ¡Nunca más! Me maravilló que aquel desgraciado volátil entendiera tan fácilmente la palabra, si bien su respuesta no tuvo mucho sentido y no me sirvió de mucho; porque hemos de convenir en que nunca más fue dado a un hombre vivo el ver a un ave encima de la puerta de su habitación, a un ave o una bestia sobre un busto esculpido encima de la puerta de su habitación y llamarse un nombre tal como "¡Nunca más!"
Y el cuervo, inmutable, sigue instalado, siempre instalado sobre el busto plácido de Palas, justo encima de la puerta de mi habitación; y sus ojos parecen los ojos de un demonio que medita; y la luz de la lámpara, que le cae encima, proyecta su sombra en el suelo; y mi alma, fuera del círculo de aquella sombra que yace flotando en el suelo, no podrá elevarse ya más, ¡nunca más!
                         Edgar Allan Poe    El cuervo  (1845)
                          

martes, 21 de abril de 2015

El corro bajo la ventana

     Doce magos danzaban en corro debajo de la campana mayor de Saint-Jean. Uno tras otro evocó la tempestad, y desde el fondo de mi lecho conté con espanto doce voces que atravesaban las tinieblas.
Inmediatamente la luna corrió a ocultarse tras las nubes, y una lluvia mezclada de relámpagos y ramalazos de viento fustigó mi ventana mientras las veletas graznaban como grullas apostadas en el bosque, aguantando el chaparrón.
Saltó la prima de mi laúd, suspendido en el tabique; el jilguero sacudió el ala en la jaula; algún espíritu curioso volvió una hoja del Roman de la Rose que dormía en mi pupitre.
De repente estalló el rayo en lo alto de Saint-Jean. Los hechiceros, heridos de muerte, cayeron desvanecidos, y desde lejos vi sus libros de magia arder como una antorcha en el negro campanario.
El espantoso resplandor teñía con las llamas rojas del purgatorio y del infierno los muros de la iglesia gótica y prolongaba sobre las casas vecinas la sombra de la estructura gigantesca de Saint-Jean.
Las veletas se oxidaron; la luna atravesó las nubes gris perla; la lluvia no caía ya más que gota a gota desde el alero del tejado, y la brisa, abriendo mi ventana mal cerrada, arrojó sobre mi almohada las flores de un jardín sacudido por la tormenta.
                                              Aloysius Bertrand     Gaspard de la Nuit  (1842)

domingo, 19 de abril de 2015

Y luego estás tú

 Te cubro con mi cuerpo y se abren universos enteros para mí, silenciosos, como una puerta hacia un repentino jardín. De golpe me despierto y estoy de pie sobre ti, como una torre, hablando a los elementos, los enanos, las frágiles nebulosas, el circo que crece en ti y me ahoga. Soy arrastrado hacia adelante, a través de ti, como un agua iracunda, como una peste, un fermento de agonía para la cual no hay cruz, ni clavos, ni último acto, ni el velo roto en el templo, ni agonía en el huerto.
En el vientre, las caderas, la alta catedral de la vagina, me das sombra, moviéndome de estatua en estatua, buscando tu máscara de muerte. En el líquido amniótico, en la médula, en el oscuro sexo en que habitas, en el feto apretado en el cuello del útero. En la clavícula, el tarso, el amargo ano. No son palabras las que crecen en mí cuando veo los zarcillos de músculos trepar por tu torso, no hay palabras para los dedos apoyados en tu rostro, quietos, delicados cilindros de carne y hueso. No hay palabras, sino un vocabulario que corre por nosotros como el mar, devorador. Un cantar paralizado y sin nombre en el espinazo. Una misa interior, más negra que el sacrilegio. ¡Una danza de fibras a lo largo de la piel, una acción nueva, un tema tan nuevo como una simiente, una agonía, una venganza, un universo! Dios salve la señal, soy yo quien ha sido elegido para interpretar estas sílabas frenéticas que se alzan entre nosotros, apocalípticas, deslumbrantes, sonoras y agudas como un clarín. Aquí están las perlas que fueron sus ojos. Avanzo por ti como un borracho hacia el universo de un millón de brazas, pero es difícil. Me enredo en tu carne. Mis pasos se ven dificultados por las suntuosas envolturas de momia de la piel, por la delicada ruptura de las membranas, las órbitas temblorosas de las que han sido arrancados los ojos. Es difícil averiguar mi dirección. No tengo brújula. Sólo este envoltorio de agonías que se mueven en un aterrorizado retroceso, mientras las vísceras se apartan de los dedos intrusos del cirujano. Tened piedad de mí, he nacido viejo. No muerto, sino viejo. Increíblemente antiguo y mártir de la tara hereditaria.
                     Lawrence Durrell     El libro negro  (1938)
                     

sábado, 18 de abril de 2015

Vaca


Cuando iba el otro día en el tren me erguí de pronto feliz sobre mis dos patas y empecé a manotear de alegría y a invitar a todos a ver el paisaje y a contemplar el crepúsculo que estaba de lo más bien. Las mujeres y los niños y unos señores que detuvieron su conversación me miraban sorprendidos y se reían de mí pero cuando me senté otra vez silencioso no podían imaginar que yo acababa de ver alejarse lentamente a la orilla del camino una vaca muerta muertita sin quien la enterrara ni quien le editara sus obras completas ni quien le dijera un sentido y lloroso discurso por lo buena que había sido y por todos los chorritos de humeante leche con que contribuyó a que la vida en general y el tren en particular siguieran su marcha.
                          A. Monterroso  Obras completas (y otros cuentos)  (1959)

viernes, 17 de abril de 2015

MY SECRET LIFE (relatos de la vida de un inglés de la época victoriana, contados por él mismo)

My secret life es nada más y nada menos que el diario íntimo de un adinerado inglés del siglo XIX en el que desde sus veinticinco años fue transcribiendo sus numerosas aventuras amorosas.
Su originalidad reside precisamente en que el protagonista absoluto de todas esas aventuras y deleites relacionados con los placeres de la carne es el propio caballero inglés, narrando, en primera persona todas sus vivencias sexuales y escrita, en un principio, para su estricto uso personal.
La obra aporta el conocimiento vivido de una exuberante actividad sexual, escrita con fluidez y espontaneidad y llena de la sinceridad de un diario íntimo. El autor se entrega al inventario detallado y ágil de sus experiencias sexuales y al esfuerzo por romper las normas y los principios de la época victoriana y su empeño por llegar a conocer todos los aspectos del placer del sexo.
My secret life fue editada por primera vez en 1890. La edición, que comprendía once volúmenes de 400 páginas cada uno, fue realizada por el propio autor, limitada a seis ejemplares y con una nota al pie de la primera página que advertía de que no podía ser publicada.  My secret life ha tenido una circulación muy restringida debido a la dificultad de abordar la publicación de una obra tan descomunal y de un genero tan poco convencional como la literatura erótica.
                                                          Anónimo

miércoles, 15 de abril de 2015

Música oscura


Cortometraje experimental dirigido en 2013 por Leonardo Mora. Se trata de una aproximación a la vida y a la obra del músico minimalista ruso Ivan Sergei Semiónov (1974-2005). 

martes, 14 de abril de 2015

" Corta la cuerda "



"Corta la cuerda"es un juego contenido en la obra Justine, del marqués de Sade.
Para jugar este juego una persona (el bandido Rolando) se pone de pie en un taburete y, sosteniendo una hoz en la mano, mete la cabeza en un nudo de cuerda; después, la otra persona (Justine) retira el taburete y es entonces cuando la primera debe cortar la cuerda con su hoz antes de asfixiarse. 



". . . . Después de ajustar el nudo alrededor de mi cuello, ocupa mi lugar en el sofá. Entonces insúltame mientras yo acaricio mi sexo, y cuando te des cuenta de que me he excitado lo suficiente, tira del taburete que tengo bajo los pies. Pero no voy a tener una hoz para cortar la cuerda, porque tal vez se me antojara usarla prematuramente. En cambio tu sostendrás la hoz, y cuando se caiga el taburete me quedaré colgando. Déjame así hasta que puedas comprobar la eyaculación, o tengas evidencia de que estoy a las puertas de la muerte. Si sucediera esto último, tendrás que cortar inmediatamente la cuerda y devolverme el sentido con palmadas fuertes en la cara y la cabeza; pero en el primer caso permite que continúe la eyaculación hasta que se haya agotado mi substancia; entonces podrás descolgarme".
Habiéndole dado esas explicaciones se subió al taburete. Obedeciendo a sus instrucciones, ella le apretó el nudo alrededor del cuello. El se puso a acariciarse mientra ella lo maldecía, y al cabo de pocos segundos su enorme miembro se enderezó. Entonces hizo señas de que tirara de la cuerda, el taburete salió volando, y. . . . 
¡Fue exactamente como lo había predicho el pícaro! Cuando su cuerpo se retorció por la fuerza de la caída, una amplia sonrisa de éxtasis iluminó su rostro. Una vez expulsadas las últimas gotas, Justine cortó la cuerda. El muchacho cayó al suelo, inconsciente, pero pronto lo revivieron los golpes que ella le propinó. Su dicha llegaba casi al delirio.
 -¡Ay, encantadora criatura! -exclamó- ¡Estas sensaciones superan lo creíble! ¡Son más de lo que haya concebido jamás!
        Donatien Alphonse Francois de Sade   Justine o los infortunios de la virtud   (1787)








lunes, 13 de abril de 2015

Historia de zorros

Wang vio dos zorros parados en las patas traseras y apoyados contra un árbol. Uno de ellos tenía una hoja de papel en la mano y se reían como compartiendo una broma. Trató de espantarlos, pero se mantuvieron firmes y él disparó contra el del papel; lo hirió en el ojo y se llevó el papel. En la posada, refirió su aventura a los otros huéspedes. Mientras estaba hablando, entró un señor, que tenía un ojo lastimado. Escuchó con interés el cuento de Wang y pidió que le mostraran el papel. Wang ya iba a mostrárselo, cuando el posadero notó que el recién llegado tenía cola. ¡Es un zorro!, exclamó y en el acto el señor se convirtió en un zorro y huyó.
Los zorros intentaron repetidas veces recuperar el papel, que estaba cubierto de caracteres ininteligibles; pero fracasaron. Wang resolvió volver a su casa. En el camino se encontró con toda su familia, que se dirigía a la capital. Declararon que él les había ordenado ese viaje, y su madre le mostró la carta en que le pedía que vendiera todas las propiedades y se juntara con él en la capital. Wang examinó la carta y vio que era una hoja en blanco. Aunque ya no tenían techo que los cobijara, Wang ordenó: regresemos.
Un día apareció un hermano menor que todos habían tenido por muerto. Preguntó por las desgracias de la familia y Wang le refirió toda la historia. Ah, dijo el hermano, cuando Wang llegó a su aventura con los zorros, ahí está la raíz de todo el mal. Wang mostró el documento.
Arrancándoselo, su hermano lo guardó con apuro. Al fin he recobrado lo que buscaba, exclamó y, convirtiéndose en zorro, huyó.
                                                               Niu Chiao  (S. IX)

domingo, 12 de abril de 2015

DEDICATORIA

 a

    Sinué el Egipcio, los poetas pedantes, el combate imaginario, las madres con niños normales, la literatura del absurdo, la nueva guerra del opio, el oficio de cineasta, las heridas simbólicas,  los borrachos de pólvora y vino, el lector de Bagdad, las lecciones de los maestros, las cien recetas para quitarte el sombrero, las gemelas que no hablaban, las memorias de un extinto, la sed de lo perdido, las idas y venidas, la venganza de los niños-cucú, la curación del grillo, el legado secreto de los cátaros, la muerte de Carlos Gardel, la vida sexual en la antigua China, los secretos de la carne, el amante de mi madre, el libro de los placeres,  la crueldad del tiburón, la furia insensata de los criminales, los caballeros de Adán, los visionarios del divino bla-bla-bla, la antigua orden de los modernos trogloditas,  la liga de la santa farsa, la dorada falange de los falangistas marsupiales, la gentil sociedad de vagabundos expurgados,  las traiciones del hipócrita, los comediantes más extraordinarios, la fortaleza de carácter de los sacerdotes, el grito primario, la primera visión de un mundo nuevo,  los que se dejan crecer las uñas, las memorias de una enana, los hombres con acordeón, el hombre que fue arrojado a un pozo, la enemistad como un lienzo, las páginas de plata de mi diario íntimo, los diálogos a alto nivel, la cuarta transmigración,  el comedor de las viudas, el animal que lame mis heridas, las damas y caballeros del perro amarillo, la orfandad de los insufribles, los guardianes de la gran cuchara de cuerno, la impenitente orden de azotadores de esposas, la sublime legión de conspicuos rimbombantes, los jenízaros del pavorreal, la gran cábala de sedentarios, la fraternidad de los verrugosos, los discípulos militantes de la fe oculta, los caballeros defensores del gato doméstico,  la destrucción de las maderas, los desvanes habitados por palomas, la ceniza de tu rostro, los que duermen bajo la piel de sus madres, la libertad en la cama, el olvido de mi patria vigilada, aquellos cálices, las tardes en la cocina, la inmovilidad del gris, los paseos perezosos, la armonía magistral del universo, la metamorfosis extravagante, el cuajo de la luz, los sangrientos hijos desgajados, el blues de la aceituna, la piel de las estatuas, las manos clavadas en los tímpanos, las bestias expulsadas del corazón, la soledad desnuda de tus ojos, tu cuerpo bajo los arándanos, el canto del niño neurótico, la primera adversidad, los procesos alienatorios, los cuentos babilónicos, la rica marihuana, los guardianes de la letrina de oro, los textos sagrados hindúes, el baile de las locas, las memorias de un viejo asqueroso, la geografía fantástica de tus nalgas, la ejecución de las alondras, tu cabello en mis manos, la flor de los agonizantes, el óxido de tu lengua, el gemido de la lucidez, las erecciones, la obscenidad de mis huesos, los que arden bajo las túnicas carnales, los que caen sobre una silla, la tristeza de los urinarios, el excremento de los rebaños, las violentas humedades, las heridas del alacrán, el cinabrio en las venas, los venenos líquidos, las sábanas negras, el temblor de los árboles,  la silla epitalámica, los dedos de los pies de los curas franciscanos, el martillo de las brujas, la divina embriaguez, los que mueren de pie, los cigarrales de Toledo, la belleza de la mujer peluda,  la nueva Melusina, la sangre en tus encajes, la boa madre, el tiro por la culata, la apoteosis con una muñeca, los tres gordinflones, el último gigante, los dóciles jamelgos, el honesto mentiroso, el burdel de las gitanas, las vacas de Wisconsin, el arte de callar, el asesinato del sábado por la mañana, el niño del jueves negro, los coleccionistas de arena,  los amores de propina, la novia del bandido, el niño que dormía con nieve en la cama, los que no niegan ser libr(o)s, los que mueren y no saludan, el Kama Sutra español, la niña asesinada en la zapateria, el paralitico puesto a secar, el disfraz de Adán y Eva, los cristos estúpidos, la fe como premisa, el hórrido licántropo, las vírgenes de Salem, las obras de caridad de los alquimistas, los versos para la niña del cuadro, los bailes con orquesta, el severo discurso de las ideologías, la carne para el perro, los que se tatuan su pierna de madera, el ciclista volador, las adorables chiquillas, la fiera que amansa a la música, la suegra de Tarquino, las succiones del practicante de medicina, la higiene del sexo triturado, las mujeres reagrupadas, la vela sacada de la boca del macho, el adolescente sorprendido leyendo un western, la mandíbula crispada del sospechoso,  los que se echan las pecas a la espalda,  la excitante flor de loto, las esclavas de Satanás, el señor Catorce, la poesía anónima africana, la jerarquia de los cornudos, el jefe de los reposteros del faraón, el alegato de los locos, los bocetos californianos, la mujer que se fue a caballo, los que hacen el amor con música, el pañuelo que se teje solo, el cantar de Valtario, la saga de los groenlandeses, el sueño de la mariposa, el triunfo póstumo, el genio malogrado, la bella judía,  la influencia del ajo en la poesía, el reino divino del orgasmo, los poemas sucintos,  los goces de este mundo, los escaparates de las librerías pornográficas, el sol repugnante y rosa, la biblioteca de cuentos maravillosos, Otto el de la mano de plata, la pagoda de Babel, la glotonería mística, la persecución del Maestro, el negador de milagros, la sangre en el jardín, el brujo postergado, la sombra de las jugadas, la última visita del caballero enfermo, el punto muerto,  el ano solar, el joven que hizo reír a la princesa, el hombre que tuvo que hacer de ama de casa, la muchacha del macho cabrío,  la reticencia de Lady Anne, el meato urinario, el antropoide enamorado de una bella mujer, los aquelarres de Goya, el país de los devoradores del tiempo, los cuatro hermanos de la luna, los amores prohibidos, Janet la contrahecha, la madonna de las trincheras, el muchacho de los altos tacones, la bacanal de Tiziano, la adolescente bañada por las primeras luces del alba, la casta Susana, la vida pública y privada de los animales, el primer loco, la función erótica del tercer ojo, el erotismo enciclopédico, los enanitos, la reina de los peces, las tres hijas de su madre, la historia del león de piedra, la miseria iluminada, el tratado sobre el pedo, el bolo alimenticio, los orificios de la máscara, las ciudades y sus muertos,  la minuta de los monstruos, el verano feliz de la señora García, los años perdidos, el cuaderno del matemático, los bordes de la discreción, lo que ocultan los lápices, los tenores borrachos, las plantas dolientes, la ceniza de las ventanas, el vértigo de las hélices, la potencia de la coca,  los mapas del humo,  la rodilla de la mujer amada, los molestos compañeros de viaje, la agonía del ginecólogo, los soldados con los cascos puestos, los amigos desconocidos que los libros reclutan, el transportador de ángulos, la naturaleza de la perdiz, el cordero de Escitia, las ciruelas de primavera, el drama nupcial, los músculos tensos, el cardenal Napellus, el gran rostro de piedra, las cartas robadas, el espejo que huye, el diablo enamorado, la cabra que se estrella contra la cabina, el esperma del colibrí,  las cabezas horadadas por el sílex y las espinas, las mujeres que mecen a sus bebés apretados contra sus senos, tus carnes, los western góticos, las posibilidades del mayordomo, los pensamientos del 12 de julio de 1902, los primeros vientos de la mañana,  las telas manchadas de leche, las plumas que se elevan, el vuelo del ganso de nieve, la Eva futura, la esperanza aplazada, el lado izquierdo de tu espalda, el niño del triciclo, el efímero sabor de la eternidad,  los que nacen malos, las muertes concéntricas, el tapiz del amor celeste, el amor absoluto, los muchachos terribles, los que cruzan puentes sin llegar al río,  las atmósferas gratas, los principios de la magia, la encarnación humana de los dioses, la influencia de los sexos en la vegetación, los diálogos de los viejos monjes, los carteles de la II República, los "ilógicos", los arponeros astures,  los peces sin escondite, el lector de Bagdad, la razón de la sombra, el gesto en el arte,  los tiempos de estupor, el nido de los sueños, los que se alegran de verme, el hedor de los toldos,  la Isla de las Voces, los amigos de los amigos, los que escupen sobre la madera pintada, los que cortan flores de laurel, los elixires del diablo, la delicada corteza humana del eucalipto, Chopin por sus coronas de flores, la sangre del morfinómano, la zona prohibida, las maquinarias de la alegría, el centauro aparecido en el jardín, los viajes inmensos, los que se abotonan la bragueta, el hueco abierto entre tus muslos,  la vida venidera, los perros y los pájaros, la mosca soldado, el contrario de uno, el agua viva, la mudanza de los sentidos, el Decálogo contra el desamor, el ciclista solitario, la pantera en el sótano, el último Gatopardo, el aprendiz de cabalista, el secreto de los cátaros, el fenómeno del éxtasis, el cuento contigo, la senda de los perdedores, el pelo mojado de sudor, la sangre alcoholizada, los bolsillos llenos de resina negra, las muchachas que cierran los ojos, la saliva gris del hambre, la caducidad de los tigres, la paternal incompetencia, el aciago demiurgo, las vacas de la India, la cebolla en el antiguo Egipto, el que dirige sus pasos hacia atrás, las grullas frioleras y meditabundas. el vientre negro y hermoso del tiburón, tus ventanas nasales dilatadas, tu éxtasis inmóvil, las emanaciones mortíferas de los libros,  el pelo del perro que mordió a Noé, el visionario del divino bla-bla-bla, la antigua orden de los modernos trogloditas, la liga de la santa farsa, el matrimonio de los dioses, el alma como maniquí, el tabú de la sangre, el canto de los segadores, la omnipresencia de los demonios, la reclusión de las jóvenes pubescentes,  la rama dorada, la dorada falange de los falangistas marsupiales, la gentil sociedad de vagabundos expurgados, el Padre Putas que deja vacía la ciudad, el pálido pie de Lulú, la maja y el torero,  la mística alianza de exquisitos regalianos, las damas y caballeros del perro amarillo, la oriental orden de los hijos de occidente, la orfandad de los insufribles, los guardianes de la gran cuchara de palo, la impenitente orden de azotadores de esposas, la sublime legión de conspicuos rimbombantes, los adoradores del santuario galvanoplástico, los inaccesibles resplandecientes, la gran cábala de sedentarios, la fraternidad de los verrugosos, los discípulos militantes de la fe oculta, los caballeros defensores del perro doméstico, los guardianes de la letrina mística, la misteriosa orden del manuscrito indescifrable, los monarcas del miedo y del hambre, el convidado de las últimas fiestas, los ingleses excéntricos, la que abandonó su nido en busca de aves de paso, el mecánico de los hermanos Wright, la cucaracha que un día soñó que se llamaba Frank Kafka o Gregorio Samsa,  los pintores rupestres,  Hölderlin y todas sus máscaras sagradas, los fotógrafos ambulantes, el autor del papiro del Diálogo de un desencantado con su alma, los sofismas de Borges, la voz en off del Marqués de Sade, Zyryab el Pájaro Negro, la deseada vecina del 5º, el que es capaz de imaginar a Dios, Pedro Gonzálvez el hombre lobo canario, el ectoplasma de Edgar Allan Poe, las bicicletas Zeus, los travestidos del Raval, el movimiento perpetuo, la vida y la obra de Eduardo Torres,  Don Antonio "el Antiguo", a la hermana de Byron, el alucinante mundo de E.T.A. Hofmann, los lumpen, las mujeres que se izan a la chepa de sus hombres, Frank Kafka el enterrador, los muchachos terribles, el juicio de las mujeres, el papel delicado del mecenas, nuestros placeres de pobres, las cosmogonias, los errores de la misericordia, la situación de las criadas en Mejico, la risa implacable de la serpiente boa, la sombra de las estatuas, los poemas en forma de copa, la busqueda del traidor, las 4 cabezas de Pessoa,  el holocausto de la tierra, el ganador del Primer Tour de France, las vidas imaginarias de Marcel Schwob, Marcel Proust y su indudable olor a cadáver, los eruditos a la violeta, los últimos días de Kant,  los que opinan que un Grifo y una Yegua no pueden ayuntarse, el Testamento inquietante de Musil, Melmoth el Errabundo, Conil de la Frontera y sus cigarros de la risa, Lord Dunsany y su país del Yann, Voltaire por su Micromegas, el caballo que fue capaz de imaginarse a Dios, el Coronel Aureliano Buendía, el notable conspirador Don Pío Baroja, Nostradamus enloquecido definitivamente, la lucidez desesperada de Stendhal,  las visiones de la Noche, el Conde de Lautreamont, el patriotismo de los burgueses, mis temporadas en el infierno,  el Maestro de las 11.000 vírgenes, los disecados de la Capilla Sansevero de Nápoles,  la extraña historia del Doctor Bonhomet, Caballo Loco y todos sus guerreros, el verdugo de Valladolid Florencio Fuertes, los reyes zulúes, el derecho a la pereza, la pasión de escribir, los bocetos californianos,  los guerrilleros del Mau Mau, el inventor de la ginebra, la mujer del collar de terciopelo rojo, la mujer que se fue a caballo, todas las Resistencias, el último Emperador de Constantinopla, Artaud y su camisa de fuerza, el pirata Drake, la biblioteca de Alejandria, los primeros correos a caballo, los corresponsales de sucesos, todos los miembros de las Brigadas Internacionales incluidos sanitarios, el quimérico inquilino, el Holandés Errante y a cuantos bogan por este proceloso Mar de Vanidades.

viernes, 10 de abril de 2015

Las once mil vergas, Guillaume Apollinaire (1907)

 Oficialmente, Las once mil vergas es una obra anónima. La primera edición data de 1907, apareciendo de forma clandestina. La distribución y la venta se realizaron también bajo cuerda, tratando de evitar cualquier persecución por obscenidad y firmada simplemente por un tal G. A. 
A pesar de su anonimato, ya desde su aparición esta obra fue atribuida a Apollinaire en opinión de sus amigos Picasso, Breton, Eluard, Aragon...... En los círculos culturales de vanguardia del París de principios de siglo su autoria era un secreto a voces. Pero hasta 1924, seis años después de la muerte del poeta, este secreto no se desvela en letra impresa.
Pero esta obra maestra no debe ser tomada como una novela pornográfica ya que es algo totalmente opuesto a la pornografía de consumo, es una obra totalmente diferente, terriblemente humorística y sarcásticamente corrosiva. Apollinaire resume en Las once mil vergas todos los motivos eróticos de la literatura universal tratados de forma paródica. Lleva cada situación al límite. La seriedad y la trascendencia, típicas de la pornografía de consumo brillan por su ausencia. El humor invade y domina toda la obra.
Responde al gusto innato del poeta por la provocación, a su interés por el erotismo, a su portentosa imaginación y a la contradicción permanente en su vida y en su obra.

*En el "Catálogo clandestino de libros eróticos" de 1907, se decía:
 - Más fuerte que el marqués de Sade, la novela de la que se habla en voz baja en los salones más distinguidos de París.
 - No se ha escrito nada más aterrador que la orgía en el coche cama, culminada por un doble asesinato. Nada más conmovedor que el episodio de la japonesa Kiliemu cuyo amante, afeminado confeso, muere empalado tal como ha vivido.
 - Hay escenas de vampirismo sin precedentes cuya actriz principal es una enfermera de la Cruz Roja, bella como un ángel, que, insaciable, viola a los muertos y a los heridos.
- Las escenas de pederastia, de safismo, de necrofilia, de bestialidad se combinan de la forma más armoniosa. 
 - Es la novela del amor moderno escrita en una forma perfectamente literaria. El autor se ha atrevido a decirlo todo, es verdad, pero sin ninguna vulgaridad.


jueves, 9 de abril de 2015

El temblor


La lluvia
como una lengua de prensiles musgos
parece recorrerme,
buscarme la cerviz,
bajar,
lamer el eje vertical,
contar el número de vértebras
que me separan de tu cuerpo ausente.
Busco ahora despacio con mi lengua
la demorada huella de tu lengua
hundida en mis salivas.
Bebo, te bebo
en las mansiones líquidas
del paladar
y en la humedad radiante de tus ingles,
mientras tu propia lengua me recorre 
y baja,
retráctil y prensil, como la lengua
oscura de la lluvia.
La raíz del temblor llena tu boca,
tiembla, se vierte en ti 
y canta germinal en tu garganta.
              
                                    José Ángel Valente   (1929-2000)

Corazón de perro, Mijail Bulgakov (1925)

Corazón de perro, obra maestra de la literatura satírica e imaginativa escrita en 1925 por Mijail Bulgakov (1891-1940). Narra en primera persona la experiencia de un perro al que se le trasplantan la hipófisis y las glándulas genitales de un bolchevique.
De prosa ácida y lúdica y con un cierto toque de ciencia-ficción que convierten a la novela en una hilarante crítica de la cultura proletaria de la Unión Soviética. 
Bulgakov plasma su ironía sobre todos los personajes y sobre todas las situaciones de la obra, creando una historia absurda y realista. El gobierno soviético no autorizó hasta 1987 la publicación de estas amargas e incisivas reflexiones de un perro humano.

Diálogo de dos tiernos enamorados

Ella - Ayer tarde no pude salir contigo porque salí con tía Antonia, que tenía que comprar un colador.
El (apretando las manos de ella). - ¿Y comprasteis el colador?
Ella - (bajando la mirada). - Sí; compramos el colador.
El (acercándose mucho). - ¿Cuánto os costó el colador?
Ella - Catorce pesetas.
El (mirándole fijamente a los ojos) - ¡Qué escándalo! Antes, los coladores valían una peseta.
Ella - (llena de rubor) - Y además con más agujeros.
                                 Antonio Lara "TONO"  Diario de un niño tonto  (1958)

miércoles, 8 de abril de 2015

Anécdota


Un día, en un jardín de C......., Alfred Jarry (1873-1907) se divierte descorchando champán a balazos. Al otro lado de la cerca, la dueña del chalet vigila a sus hijos. Al llegar algunas balas hasta allí, aparece con su atuendo de provinciana y se introduce ceremoniosamente en el jardín. Indica al ama de casa que ella no ha alquilado un campo de tiro, y añade, muy digna, que sus niños podrían ser víctimas del juego.
"¡Eh!, interviene Jarry, que eso no le preocupe, señora, le haremos otros".

La increíble historia de Pedro Schlehmil, Adalberto von Chamisso (1781-1838)

Adalberto von Chamisso, autor de La increíble historia de Pedro Schlehmil explica que el manuscrito llegó a él como una carta del mencionado Schlehmil, con quien le habría unido una estrecha amistad. Se trata de una ingeniosa excusa para añadir más fantasía al relato, aumentando así el halo de misterio que le rodea.
Un hombre extraño, que viste una levita gris totalmente deteriorada por el uso y que aparece constantemente en el relato, simboliza al diablo sediento del alma o de la sombra de los hombres. Recordemos que en la Cábala, "sombra" significa "alma" o "espíritu".
Una persona que no tiene sombra es algo así como un descarnado, un desdichado ser que se halla en otro plano; lo que hace que todos le teman y le huyan.
Pedro Schlehmil vendió su alma a cambio de incalculables riquezas, pero ello no le aportó más que tribulaciones y desgracias y su precipitación al abismo.
La moraleja de esta deliciosa historia es que cada uno de nosotros perdemos nuestra vida ganándonosla, vendiendo nuestro limitado capital vital a cambio de una falsa abundancia que nada tiene que ver con la verdadera riqueza. Cambiamos nuestra alma por una sombra, por humo, por la inconsistencia.
                                                 

Peligro de muerte

Estaba escrito sobre esos postes más emocionantes que un melodrama. Pero me aburro.Voy a romper mi pipa de barro, que es verdaderamente mala, aunque es preciso que tire también algunas pipas de madera que sueltan demasiado jugo cuando se piensa en varias cosas a la vez y a uno le duele la cabeza. Con los ojos fijos voy a arrancarme unos padrastros de los dedos y si sangro me chuparé el dedo hasta que la oscuridad sea completa y tenga que levantarme para encender una lámpara.
                                                  Guillaume Apollinaire   Alcoholes (1913)

martes, 7 de abril de 2015

Para hacer bailar a una muchacha en camisa

Tómese mejorana silvestre, orégano puro, tomillo silvestre, verbena, hojas de mirto junto con tres hojas de nogal y tres tallos pequeños de hinojo, todo lo cual será recogido la noche de San Juan en el mes de junio y antes de que salga el sol.
Deberán secarse a la sombra, molerlas y pasarlas por un fino tamiz de seda, y cuando se quiera llevar a cabo este agradable juego, se soplará el polvo en el aire allí donde esté la muchacha para que lo respire, o se le hará tomar como si fuera polvo de tabaco; el efecto se manifestará de inmediato. Un famoso autor agrega que el efecto será tanto más infalible si esta traviesa experiencia se lleva a cabo en un lugar donde ardan lámparas alimentadas con grasa de liebre y de macho cabrio joven.
                                     Julio Cortázar   La vuelta al día en ochenta mundos

Pruebe el mejor coche del mundo: el ZEECO

Desde las cumbres de los lejanos montes, la larga carretera os llama, os llama..... a vosotros, hombres o mujeres que tenéis sangre en las venas y en los labios la antigua canción de los filibusteros. Se acabó el trabajo rutinario. La velocidad, la gloriosa velocidad es más que un momento de alborozo: es Vida. Esta gran verdad la han tenido en cuenta los fabricantes del Zeeco, sin olvidar el precio ni el estilo. Es rápido como un antílope, suave como el planeo de una golondrina y, sin embargo, poderoso como la carga de un elefante. Un modelo de distinción en sus líneas. ¡Oiga amigo! Nunca sabrá usted lo que es el arte de viajar hasta que no PRUEBE EL MEJOR COCHE DEL MUNDO: EL ZEECO.
                    Sinclair Lewis   Babbitt  (1922)

sábado, 4 de abril de 2015

Negación de negación

Todas las cosas llevan su sombrero. Todos los animales llevan su sombrero. Los vegetales llevan también el suyo. No hay en este mundo nada ni nadie que no lleve la cabeza cubierta.
Aunque los hombres se quiten el sombrero, siempre queda la cabeza cubierta de algo que podríamos llamar el sombrero innato, natural y tácito de cada persona.
Desde el punto de vista del hombre, los sombreros se clasifican en sombreros naturales y sombreros artificiales.
Se llama sombrero natural aquel que nace con cada persona y que le es inseparable aún después de la muerte. En el esqueleto, la presencia del sombrero natural y tácito es palpable. Se llama sombrero artificial aquel que se adquiere en las sombrererias y del cual podemos separarnos momentánea o eternamente. En el esqueleto, la falta de este sombrero artificial es, asimismo, evidente.
                                                César Vallejo   Cuentos completos  (1923)

jueves, 2 de abril de 2015

¿Acaso no matan a los caballos? (1935)

Fue curiosa la forma en que conocí a Gloria. También ella intentaba entrar en el mundo del cine, pero esto no lo supe hasta más tarde. Salía un día de los estudios de la Paramount, calle Melrose abajo, cuando oí que alguien gritaba, "¡Eh! ¡Eh!", me volví y allí estaba ella, que venía corriendo y haciendo señas con la mano. Me paré, devolviéndole el saludo.
Cuando llegó a mi altura, jadeando y dando muestras de nerviosismo, me dí cuenta de que no la conocía.
 -Maldito autobús -dijo
Miré alrededor y vi que a una manzana de distancia corría el autobús calle abajo, hacia Western.
 -¡Vaya! -murmuré- pensé que me hacía señas a mí...
 -Y ¿Por qué iba a hacerle señas? -preguntó.
Me reí.
 -No sé -dije- ¿vamos en la misma dirección?
 -Será mejor que vaya andando a Western -dijo, y emprendimos juntos la marcha hacia allí.
Y así fue como comenzó todo....
                                                              Horace McCoy  (1897-1955)

miércoles, 1 de abril de 2015

El trueno dorado, Valle-Inclán (1936)


El "trueno dorado", novela póstuma de don Ramón del Valle-Inclán, se publicó por entregas en el diario Ahora durante los meses de marzo y abril de 1936, siguiendo la práctica frecuente de publicar en revistas o periódicos primeras versiones de textos antes de su edición en libro, y dado que no apareció hasta mediados de los años 70 en forma de volumen, ha permanecido prácticamente desconocida.
*En un colmado de estilo andaluz, y en medio de una juerga de guitarra y cante, es defenestrado un guardia por unos compadres de lo más florido del trueno madrileño. La muerte de este guardia y la consiguiente investigación del caso permiten a Valle sorprendernos con su prodigiosa riqueza y dominio del lenguaje, un lenguaje personal e individual en el que no hay que buscar precisión o rigor, a Valle-Inclán las palabras le sonaban o no le sonaban.