sábado, 31 de octubre de 2015

La sábana perforada

      Nací en la ciudad de Bombay... hace mucho tiempo. No, no vale, no se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Particular del Dr. Narlikar el 15 de agosto de 1947. ¿Y la hora? La hora es también importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más... Al dar la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué. Vamos, explícate, explícate: en el momento mismo en que la India alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo. Hubo boqueadas de asombro. Y, al otro lado de la ventana, cohetes y multitudes. Unos segundos más tarde, mi padre se rompió el dedo gordo del pie, pero su accidente fue una simple bagatela comparado con lo que había caído sobre mí en ese momento tenebroso, porque, gracias a la oculta tiranía de aquellos relojes que saludaban con suavidad, había quedado misteriosamente maniatado a la Historia, y mi destino indisolublemente encadenado al de mi país. 
Durante los tres decenios siguientes no habría escapatoria. Los adivinos me habían profetizado, los periódicos habían celebrado mi llegada y los politicastros ratificado mi autenticidad. 
A mí no me dejaron decir absolutamente nada. Yo, Saleem Sinai, diversamente llamado luego Mocoso, Carasucia, Calvorota, Huelecacas, Buda y hasta Cacho-de-Luna, había quedado estrechamente enredado con el Destino: en el mejor de los casos, una relación peligrosa. Y en aquella época ni siquiera sabía sonarme la nariz.....
                                                                          Salman Rushdie   (Hijos de la medianoche)

Sé todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

                                                                              León Felipe  (1884-1968)

viernes, 30 de octubre de 2015

Sótades de Maronea

    
 Poeta griego del siglo III a. de. C.
Se hizo célebre por sus Priapeas, poemas licenciosos, satíricos, lascivos, humorísticos y ofensivos que se recitaban con acompañamiento de música, llegando a crear un género propio: "el sotádico".
Escribió desenfadadas parodias mitológicas de las que apenas se conservan unos pocos fragmentos. Su desvergüenza le acarreó las iras de Ptolomeo Filadelfo (faraón), quien lo mandó arrojar al mar metido en un cofre de plomo.
A Sótades se le atribuye la invención de los versos "retrógados" o "palíndromos" (que pueden leerse al revés).

miércoles, 28 de octubre de 2015

La piel del tiempo

     Mi niñez fue la nieve. Siempre nevaba sobre Salamanca y el frío acartonaba las orejas, ablandaba la nariz y trepanaba las rodillas, hasta el tuétano del hueso. El primer recuerdo que asentó mi memoria era una ciudad blanca, ensabanada y helada, traspasada por un viento gélido que enloquecía las veletas de las espadañas de las muchas iglesias, de las torres y palacios que erizaban el horizonte urbano y trastornaban mi cabeza. Mi madre me arropaba con amor y con mantas, junto a un brasero débil que apenas llega a calentar las pantorrillas, insuficiente para vencer el aire congelado que se metía por las rendijas traicioneras de las ventanas y las puertas mal ajustadas.
Los tejados destilaban los carámbanos, como cuchillos afilados, que agredían el paisaje de árboles sumisos y tejados unánimes, bajo la blancura de la nieve inmaculada. 
Siempre nevaba sobre nuestra pobreza de pan duro y leña escasa, administrada con usura por mi madre, que, para dormirme y hacerme olvidar el frío inhumano de la cama, me contaba la historia de mi abuelo, como si fuera un héroe de antiguas leyendas, invencible, alto como la catedral, fuerte como un tronco de caballos y loco como el Tormes, cuando se salía de madre. Era al mismo tiempo un príncipe dorado, un ogro hirsuto y un caballero andante, incansable y generoso, imprevisible y audaz.  
                                                                                Luciano G. Egido  (1928...)

 

lunes, 26 de octubre de 2015

Satiricón

      Es la narración erótica más antigua de la cultura occidental, atribuida al escritor romano Petronio y de cuya obra apenas se conservan unos fragmentos.
El Satiricón es la crónica cruda de las costumbres romanas en una de las épocas más disolutas y corrompidas del Imperio, escrito con una gran libertad expositiva. 
Convergen en el Satiricón las historias galantes, la narración fantástica, la poesía seria y la satírica, la crítica literaria, crueles caricaturas de los personajes y una más que atrevida obscenidad.  
El Satiricón es una magistral caricatura , entre cínica, escéptica e irónica , de una sociedad en completa desintegración que busca, como único escape del hastío, el frenesí sexual.
En 1969, Federico Fellini realizó una magnífica versión cinematográfica.

domingo, 25 de octubre de 2015

¡ A VER !

     Muy raro encontrar este libro a la venta. 
Este libro fue prohibido y su edición secuestrada por la justicia luego de su presentación, a causa de denuncias de asociaciones de familias, del clero y de grupos católicos, alegando que se trataba de una obra pornográfica.
Se trata de un libro sobre educación sexual para niños, escrito por la doctora en medicina Helga Fleischhauer-Hardt y con fotografías (muy explícitas) de Will McBride.
El contenido del libro es extraordinario porque muestra magníficamente tanto el placer en el sexo como su aspecto biológico. Un intento abierto, serio, de comprender la sexualidad infantil  y que no debería faltar en ninguna biblioteca escolar ni en ninguna casa con hijos.
Como dato anecdótico, la primera y única edición en castellano se hizo en Salamanca en 1979.
  



sábado, 24 de octubre de 2015

La mujer ideal para el perfecto machista

Testigos dignos de fe aseguran que jamás hubo una mujer tan libidinosa como Onfalia, la difunta reina de Lidia. Varias veces por noche cambiaba de amante, escogiéndolo entre hombres, mujeres, niños, eunucos, esclavos y animales, y con cada amante modificaba los procedimientos de su depravación. Finalmente se le dio por practicar el lesbianismo con Hércules. De quien menos se podía esperar que claudicase a esa infamia era Hércules, un sujeto muy varonil y hasta un poco salvaje, que sólo gustaba de los ejercicios físicos, de la caza y de la guerra, y que solía hablar pestes de las mujeres. Sin embargo aceptó, primero entre risas, como festejando una broma. Increíble y misterioso es lo que sucedió después.
Los afeminados servidores de la reina depilaron a Hércules, lo perfumaron, le tiñeron los párpados con azul tuat de Egipto, las mejillas con agua púrpura de Sidón, los labios con pasta carmín de Shifaz, le pusieron una peluca rubia de bucles, lo vistieron con un peplo del color escarlata que distingue a las rameras, lo cargaron de joyas y le pusieron en las manos una rueca.
Mientras tanto Onfalia aguardaba, tendida desnuda sobre un diván, en un aposento contiguo, entre antorchas sostenidas por esclavos negros igualmente desnudos, y pebeteros donde ardían los aromas afrodisíacos de la mirra, de la algalia y del almizcle. Una orquesta de flautistas y de tañedores de cítaras ejecutaba melodías tan voluptuosas que los esclavos negros, sin poder contenerse, derramaban sobre el piso la semilla de la mandrágora ante la mirada complaciente de la reina, quien picoteaba en un racimo de uvas rellenas de satyrión y se sacudía de deseos abominables.
Una vez que estuvo disfrazado, Hércules se aproximó a un espejo y se miró. Entonces los servidores de Onfalia vieron que, entre los pliegues de la túnica escarlata, asomaba la erección más colosal que ojos mortales hayan contemplado en este mundo. 

                                                                  Marco Deveni  (1922-1998)

viernes, 23 de octubre de 2015

Revistas eróticas españolas del siglo XX

      Entre los años 1900 y 1936 no fueron muchas las revistas galantes, eróticas o pornográficas que se publicaron en España, siendo este tipo de revistas muy inferiores en número a las Hojas Parroquiales.
Pero si no fueron muchas las aparecidas en las primeras décadas del siglo, ninguna nació entre los años 1939 y 1965 e incontables son -por el contrario- las publicaciones desde esa fecha hasta hoy.
Las revistas de principios del siglo XX no engañaban a nadie, se presentaban tal cual eran y sin rebozo alguno, mientras que en la década de los 70, tanto el erotísmo como la galantería se presentan entremezclados con temas económicos, sociales o políticos.
De la extensa nómina de títulos caben destacar: Vida galante, Sicalíptico, Madrid de noche, Papitu, La hoja de parra, España alegre, Don Pepito, ¡Ahí va!, El viejo verde, Mimí, El chorizo japonés, Muchas gracias, Cosquillas, Picardías, ¡Sátiros!.......

jueves, 22 de octubre de 2015

Ratirahasya

     
Manual de erotología hindú escrito en el siglo XI o XII por el poeta Kokkola. Consta de diez capítulos o "pachivedas" y su traducción literal sería "Los secretos del amor".
Divide a las mujeres en cuatro grupos: Padmini o la mujer loto, Chitrini o la mujer del arte, Hastini o la hembra del elefante y Sankhini o la mujer grosera.
El libro nos ofrece no sólo un detallado estudio sobre el físico, el carácter y los deseos de las mujeres, sino que también señala las horas más propicias para el amor y las posturas más adecuadas para cada circunstancia.

Thomas De Quincey (1785-1859)

     Es una de las figuras más curiosas del Romanticismo inglés.
Su prosa alcanza un notable brillo poético, adelantándose al decadentismo de textos como "las flores del mal" de Baudelaire, quien era gran admirador de De Quincey.
Huérfano desde muy niño, conoció la miseria hasta que pudo acogerse a la tutela de unos parientes que corrieron con los gastos de sus estudios. 
Opiómano declarado, helenista, erudito y curioso investigador de los temas más diversos. Entre sus obras más destacadas están: Suspiria de profundis y Confesiones de un inglés comedor de opio.
Su obra más conocida Del asesinato considerado como una de las bellas artes, en la que se sugiere una lectura irónica, distanciada y humorística del hecho criminal, que tanta fascinación ejercía sobre su autor. 

miércoles, 21 de octubre de 2015

Coplas del Provincial

     Colección de coplas satíricas de tono grosero, inflamatorias y extremadamente procaces aparecidas en la segunda mitad del siglo XV. Finge el autor en estas coplas que el mundo es un convento por el que desfilan las más destacadas figuras de la corte de Enrique IV, personajes deshonrados y difamados en todos los versos.
A los nobles caballeros los tilda de sodomitas y cornudos y a las altas damas, de putas o adúlteras.
Fueron prohibidas por la Inquisición aunque, circulando de mano en mano y en copias manuscritas, alcanzaron un éxito considerable.
Se atribuyeron a Hernando del Pulgar, Alonso de Palencia y a Antón de Montoro, aunque siga siendo una incógnita la verdadera identidad del autor.

domingo, 18 de octubre de 2015

Kahlil Gibran (1883-1931). El profeta

     Desde su publicación en 1923, la popularidad de "El profeta" de Kahlil Gibran no ha dejado de crecer, hasta convertirse en uno de los libros más leídos de todos los tiempos. 
Gibran fue educado como católico pero estaba familiarizado tanto con el islamismo como con la fe católica. Y, pese a ser libanés, era tanto un producto de la Costa Este de Estados Unidos como de Oriente Medio.
La mejor clave para entender El profeta nos la da el propio autor, que dijo: lo que El profeta proclama es una cosa, "eres más grande de lo que crees y todo está bien". Con una prosa sencilla, las palabras de Gibran reconfortan y ofrecen sabio consejo, al margen de cualquier religión y nos descubre que el conocimiento que necesitamos ya está dentro de nosotros.
Nació en el seno de una familia católica en el norte de Líbano en 1883. No recibió una educación formal, siendo educado por un sacerdote local. A los doce años emigró con su madre y sus hermanos a Boston. Allí el profesor de arte de Gibran reparó en sus cualidades y le consiguió apoyo en el mundillo artístico bostoniano. Cuando tenía quince años, su madre le envió de vuelta a Líbano para que completase su formación.
Además de pintar, escribía poesía y novelas, primero en árabe y luego en inglés. El profeta, escrito en inglés, fue publicado cuando contaba cuarenta años. Publicó otras obras como "el loco", "el maestro", "alas rotas"..... Murió en 1931 de una tuberculosis en Nueva York a los cuarenta y ocho años.






viernes, 16 de octubre de 2015

Inferno

      En las altas horas de la noche, desperté de pronto a la orilla de un abismo anormal. Al borde de mi cama, una falla geológica cortada en piedra sombría se desplomó en semi-círculos, desdibujada por un tenue vapor nauseabundo y un revuelo de aves oscuras. 
De pie sobre su cornisa de escorias, casi suspendido en el vértigo, un personaje irrisorio y coronado de laurel me tendió la mano invitándome a bajar.
Yo rehusé amablemente, invadido por el terror nocturno, diciendo que todas las expediciones hombre adentro acababan siempre en superficial y vana palabrería.
Preferí encender la luz y me dejé caer otra vez en la profunda monotonía de los tercetos, allí donde una voz que habla y llora al mismo tiempo, me repite que no hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria.
                                                                                         J. J. Arreola  (1962) 


ROCK

     
     
      El "rock" es la música de la juventud urbana de nuestro tiempo. Probablemente ningún hecho cultural de la postguerra ha tenido una difusión tan masiva a escala mundial. La edad ha sido el factor delimitador de toda la audiencia del rock, ya que éste ha sido creado, ante todo, por y para los jóvenes. En los países anglosajones el rock se ha convertido en algo mucho más complejo y más profundo que una pasajera moda musical. Para generaciones ha sido una experiencia común, una actitud frente al mundo convencional que les ha tocado vivir. Y tampoco hay que olvidar que el rock sigue siendo un gran negocio, una industria que mueve miles de millones.
Cuando Lennon declara que lo que más ha influido en su vida no han sido sus padres, el colegio o los discursos de los líderes políticos, sino una película de Elvis que vio en un cine de barrio de Liverpool y la influencia de ciertas películas que fueron una experiencia inolvidable para millones de jóvenes.
Que el rock es mucho más que un tipo de música lo vio muy claro el reverendo McPherson en 1956 cuando con verdadera visión profética advirtió: "si nuestros hijos siguen escuchando esa música sexual y salvaje de los negros acabarán por parecerse a ellos; la promiscuidad sexual y la pérdida de respeto a toda autoridad serán la consecuencia inmediata." Pero esa música sexual y salvaje no sólo se escuchaba, sino que también se bailaba y a partir del twist se dejó de bailar "agarrao" y el baile se convirtió en pura exhibición sensual.



domingo, 11 de octubre de 2015

Cancionero de amor y de risa

    Libro en el que se juntan las más alegres, libres y curiosas poesías eróticas del Parnaso español, muchas de ellas jamás impresas hasta ahora y las restantes publicadas en rarísimos libros. Recopilado y editado por Joaquín López Barbadillo en 1917, quien advierte de la dudosa atribución de algunas de las composiciones recogidas. Figuran en el índice: Alvarez de Villasandino, Góngora, Quevedo, Manuel de Pina, Samaniego, Iriarte, el Duque de Rivas. . . ., amén de varios poemas anónimos.

     

    La lavativa, Samaniego

En tanto que empujaba
el caldo con cuidado 
la sobrina gozosa respingaba
sobre el cañón de su galán armado,
y la vieja, notando el movimiento,
la dijo: ¿Ves como te dan contento
las lavativas, y que no te asustan?
¡Apuesto a que te gustan!
A lo cual la sobrina respondió: 
¡Hay!, por un lado sí, por otro no.

El caso del inocente niño asesino (André Gide)

   "Si usted escoge a un niño, de unos quince años, bien domesticado, bien nutrido y mejor recomendado, y se lo lleva a su casa, para que le sirva de criado, pueden ocurrirle varias cosas : que a la larga no le guste el criadito, al crecer, se case con una de sus preciosas hijas y se funda, así, una nueva rama de su ya bien cimentada y respetada familia, que dicho criado aumente el clan familiar sin las correspondientes legalizaciones previas. O que ese niño, ese tierno adolescente, un día, porque sí, asesine a toda la familia, entera, por competo, e incluso, ¡qué horror !, a la compañera criada. El resultado son siete personas muertas. Y un niño, dócil, calmo, reconocido como perfecto de cuerpo y de espíritu, llevado ante un tribunal que ha de juzgarle por unos crímenes que, indudablemente, ha cometido pero que no tienen ninguna justificación. Porque, como se dice, mató a su padre sin causa justificada, y esa falta de justificación es lo que a todo el mundo molesta más".
* André Gide, designado como jurado en un juicio por asesinato en 1912, se interesa por asistir a procesos célebres y tomar notas que posteriormente le impulsarán a escribir sus "Souvenirs de la Cour d´Assises", de las que forman parte sus dos obras más conocidas: "el caso del inocente niño asesino" y "la secuestrada de Poitiers".  

sábado, 3 de octubre de 2015

El equilibrio del mundo

   Del único hijo que estaba seguro era del pelirrojo. A los otros dos no los había visto en mi vida.
Tras mucho pensar, llegué a la conclusión de que al salir del hipermercado, con la confusión del gentío, me los habían cambiado. No me importó. Los cuidé durante tres años, confiando que otros harían lo mismo con los míos.
Hasta el día del parque de atracciones en que -con tanto crío- me cambiaron al pelirrojo y al mayor de los extraños por una niña y un mulato. A éstos los crié durante casi diez años pero un día, al volver de la universidad, me llegaron transformados; la chica por un joven que hablaba inglés y el que más tiempo había pasado conmigo por otro con gafas que parecía autista.
Aun así, y pensando que la vida era esto, consentí pagarles los estudios hasta el final.
El día que se casaba el inglés, los padrinos -que iban a ser sus pseudohermanos- fueron sustituidos por dos chicas gemelas. Nada feas, a decir verdad.
Ahora, ya en el lecho de muerte espero, cada vez que se abre la puerta de la habitación y entran tres jóvenes extraños, que son mis hijos, los de verdad, los primeros, para poder despedirme de ellos y de este mundo que ya no entiendo. 
                                                                                      Ginés Cutillas   (1973...)

Sobre la minifalda


  En un reportaje transmitido por Televisión Española pocos días después del Festival de Eurovisión celebrado en el Teatro Real, de Madrid, el presentador pedía a un grupo de curas que le dieran sus impresiones sobre el Festival. Uno de los temas que surgieron, creo que al enjuiciar la actuación de la cantante inglesa Lulú, fue el de la minifalda, dando lugar a que se manifestara el famoso contraste de pareceres. Un curita joven se declaró acérrimo partidario de la minifalda, con un entusiasmo no por encomiable menos pintoresco. Había a su lado un sacerdote ya entrado en años, varón grave y enjuto, quien, sin dar apenas tiempo a que el presentador le preguntara su opinión, dijo con cierta parsimonia, no exenta de socarronería, que él no era partidario de la minifalda. Luego se quedó pensativo un momento y añadió una frase lapidaria que creo resume muy bien la tradicional actitud española en esta materia y que debió de sonar muy convincente en muchos oídos. "Siempre me acuerdo -dijo el sacerdote- de lo que decían nuestros abuelos: Que lo que se arrastra, honra."
                                                           Luis Carandell,  Celtiberia Show    (1970)

viernes, 2 de octubre de 2015

¡Entre mí y mí, qué diferencia!


Hacia el año 400 el hijo de Mónica y obispo de Hipona, Aurelius Augustinus, conocido después por San Agustín, redactó sus Confesiones. No pudo disimular su asombro ante las deformaciones y excesos que asaltan en los sueños al varón que, durante la vigilia, se atiene a su concepción éticofilósofica y a la doctrina cristiana. "No por mí, sino en mí ha ocurrido", dice. "¡Entre mí y mí, qué diferencia!" Y el obispo da gracias a Dios por no ser responsable del contenido de sus sueños. La verdad, sólo un santo puede quedar tranquilo de saberse irresponsable.
                                                             Rodericus Bartius  (1964)

jueves, 1 de octubre de 2015

Los dos monjes y la hermosa muchacha

 
Dos monjes, Tanzán y Ekido, viajaban juntos por un camino embarrado. Llovía a cántaros y sin parar. Al llegar a un cruce se encontraron con una preciosa muchacha, vestida con un kimono y un ceñidor de seda, incapaz de vadear el camino.
-Vamos, muchacha -dijo Tanzán sin más. Y, levantándola en sus brazos sobre el barro, la pasó al otro lado.
Ekido no dijo ni una sola palabra, hasta que, ya de noche, llegaron al monasterio. Entonces no pudo resistir más.
-Los monjes como nosotros -le dijo a Tanzán- no deben acercarse a las mujeres, sobre todo si son bellas jovencitas. Es peligroso. ¿Por qué lo hiciste?
-Yo la dejé allí -contestó Tanzán-. ¿Es que tú todavía la llevas?
                                                                                                             Anónimo japonés

Febea

       Febea es la pantera de Nerón.
Suavemente doméstica, como un enorme gato real, se echa cerca del César neurótico, que le acaricia con su mano delicada y viciosa de andrógino corrompido.
Bosteza y muestra la flexible y húmeda lengua entre la doble fila de sus dientes finos y blancos. Come carne humana, y está acostumbrada a ver a cada instante, en la mansión del siniestro semidiós de la Roma decadente, tres cosas rojas: la sangre, la púrpura y las rosas. Un día, lleva a su presencia Nerón a Leticia, nívea y joven virgen de una familia cristiana. Leticia tenía el más lindo rostro de quince años, las más adorables manos rosadas y pequeñas; ojos de una divina mirada azul; el cuerpo de un efebo que estuviese para transformarse en mujer, digno de un triunfante coro de hexámetros, en una metamorfosis del poeta Ovidio.
Nerón tuvo un capricho por aquella mujer: deseó poseerla por medio de su arte, de su música y de su poesía. Muda, inconmovible, serena en su casta blancura, la doncella oyó el canto del formidable imperator que se acompañaba con la lira, y cuando él, el artista del trono, hubo concluido su canto erótico y bien rimado, según las reglas del maestro Séneca, advirtió que su cautiva, la virgen de su deseo caprichoso, permanecía muda y cándida como un lirio, como una púdica vestal de mármol.
Entonces el César, lleno de despecho, llamó a Febea y le señaló la víctima de su venganza. La fuerte y soberbia pantera llegó, desperezándose, mostrando las uñas brillantes y filosas, abriendo en un bostezo despacioso sus anchas fauces, moviendo de un lado a otro la cola sedosa y rápida.
Y sucedió que dijo la bestia:
- ¡Oh emperador admirable y potente! Tu voluntad es la de un inmortal; tu aspecto se asemeja al de Júpiter, tu frente está ceñida con el laurel glorioso; pero permite que hoy te haga saber dos cosas: que nunca mis zarpas se moverán contra una mujer que como ésta derrama resplandores como una estrella, y que tus versos, dáctilos y pirriquios, te han resultado detestables. 
                                                                                                      Rubén Darío