lunes, 27 de julio de 2015

El perro y el frasco

     
"Perrito guapo, perrito bueno, perrito mono, ven aquí y respira un 
perfume excelente comprado en la tienda del mejor perfumero de la ciudad"
Y el perro, moviendo el rabo, lo cual, según tengo entendido, es en estos pobres seres el signo que corresponde a la risa y a la sonrisa, se acerca y pone con curiosidad su nariz húmeda sobre el frasco destapado; luego retrocede repentinamente, asustado, y ladra contra mí a modo de reproche.
¡Ah! Miserable perro, si te hubiera ofrecido un montón de excrementos lo hubieras olido con deleite, y quizá devorado. Así que también tú, indigno compañero de mi triste vida, te pareces al público, al que nunca hay que presentar perfumes delicados, que lo exasperan, sino inmundicias cuidadosamente elegidas.
                                                              C. Baudelaire   (1869)