sábado, 10 de mayo de 2014

LA FALSIFICACIÓN DE LA CIUDAD


Lo intemporal es caducable, máxime si se apuntala con piropos y tópicos: Roma la Chica, Reina del Tormes, Perla de Occidente, Pequeña Atenas. Y no vale barrer debajo del asfalto. Ni escamotear un barrio entero, prestigioso vestigio del Camino de Oriente y de la Plata, por poner un ejemplo. El abuso del mito engendra usos desmedidos*. El texto de una ordenanza cuyo origen no digo, suspicaz de que sea el resultado de malas digestiones, dictamina algo parecido a esto: "Para conservar el carácter artístico es obligado aquí no sólo dar a los edificios alturas discretas, sino realizarlas o al menos revestirlas con ese material". Ese material innombrable con el que está realizado y/o revestido el Poder había de ser imitado sobre cemento para eternizar La Moda Elegante sobre las delicadas costillas de las casuchas de entramado de madera y ladrillo, de los muros mudéjares, de la mampostería arrancada del abandono o recogida de ruinas fragmentadas , del adobe estucado..... Delirio de queso americano del Plan Marshall en dovelas y arcos. Lo natural abandonado a merced de los elementos*.
Tachar del mapa: una debilidad humana de posible rehabilitación. Si lo hiciéramos exageradamente sobre toda la "arquitectura pretendidamente monumentalista de impersonal diseño y elevado volumen" habría que suprimir hasta la Mismísima Catedral. Ejemplo de añadidos, refritos, homenajes, renovados esfuerzos, reconstrucciones y reforzamientos, inseparable de la sede que usurpó*; como Sala de manca.
No es ésta, si las hay, capital de arte puro y distinto: transiciones y amaneramientos, manifestaciones tardías, híbridos..... Fuente de eclecticismo con unas reservas naturales de falta de Gusto capaces de garantizar el futuro de las Bellas Artes*
                                                                                                           Anibal Núñez