lunes, 30 de marzo de 2015

William Beckford (1759-1844)

     Perfecto prototipo del millonario excéntrico del prerromanticismo inglés, ha pasado a la historia de la literatura por su novela gótico-oriental Vathek*, que en su tiempo gozó de una notoria fama -Byron la llamaba "mi biblia"- y que más de cien años después los simbolistas rescatarían del injustificado olvido. A los diecinueve años publica, anónimamente,  Memorias biográficas de pintores extraordinarios*, que junto con Vatheck, son sus mejores obras.
De noble cuna, Beckford encarnó un tipo suficientemente trivial de playboy millonario, gran señor, viajero, bibliófilo, libertino y constructor de palacios. Levantó una arriesgada mansión en Fonthill, de la cual, quizá afortunadamente para el buen gusto, no queda piedra sobre piedra.
*Vatheck- Narra la historia del califa Vatheck, un personaje desmesurado a quien su sed de conocimiento lo acaba precipitando en el Palacio del Fuego Subterráneo, esto es, el Infierno, donde encuentra a otros príncipes condenados que le relatan, a su vez, sus desventuras.
*Memorias biográficas de pintores extraordinarios- Consideradas en la época como sátira soez de figuras del panorama pictórico inglés, estas biografías inventadas sirven de punto de partida para dar forma a un tipo de fantasía literaria -el retrato imaginario- que más tarde cultivarían escritores como Borges o Marcel Schwob, entre otros.